¿Era necesaria una nueva subasta de renovables con 520 MW para solar termoeléctrica, biomasa, fotovoltaica distribuida y otras tecnologías? se pregunta Abelardo Reinoso, Senior Energy & Operations Advisor.
En diálogo con Energía Estratégica España, el asesor energético sostiene que en este momento la capacidad instalada de renovables y de cualquier otra tecnología está muy por encima de la demanda punta máxima, por lo que la potencia asignada deja de tener relevancia como objetivo de las subastas.
Como ejemplo, la potencia instalada en eólica, fotovoltaica y termosolar asciende a unos 48,2 GW, un 27% superior a la máxima potencia instantánea de 37,9 GW registrada el pasado mes de junio 2022.
Expone que hay que reorientar el objetivo de las subastas de renovables y “dirigirlas” considerando no solo potencia asignada frente a la capacidad de la red eléctrica a la hora de integrar nuevas plantas generadoras de energía, sino que además sea el mecanismo que facilite la implementación de nuevas tecnologías.
“Hacer una subasta por el solo hecho de seguir acumulando potencia renovable, con las restricciones actuales de acceso en determinados nudos de la red y alejándose de los puntos de consumo, no es lo que aplica en un momento de tensión energética”, opina Reinoso.
Otro de los puntos claves de su postura está basado en la posible flexibilidad que esta subasta puede aportar al sistema eléctrico: “La flexibilidad de los 520 MW sobre el total del sistema eléctrico, será, en el mejor de los casos, testimonial por el poco o puntual impacto de la generación no gestionable adjudicada”.
En este sentido declara que, dado que una parte de estas instalaciones de generación deberán conectarse a las redes de distribución, considera necesario el desarrollo de regulación específica y mecanismos para gestionar la flexibilidad desde la perspectiva de los gestores de estas redes y demás actores involucrados.
“Uno de los objetivos clarísimos de la implementación de las renovables es su gestionabilidad, por lo que es necesario favorecer, el almacenamiento para su integración en las redes y los mecanismos de flexibilidad”, agrega Reinoso.
Asimismo, indica que el almacenamiento debería focalizarse en dos ámbitos: por un lado, entorno a los nudos de transporte congestionados que no dan salida a toda la generación existente y por otro, a nivel de la red de distribución, para acercar la generación a los puntos de consumo, gestionar los flujos de energía y reducir las pérdidas en las redes.
En este sentido, frente al calendario próximo de subastas, Reinoso señala que sería crucial “repensar los criterios de la cantidad de MW a licitar, sobre todo para las nuevas tecnologías como la eólica marina, teniendo en cuenta, más que la facilidad de integración en la red, su papel como proyectos piloto para afianzar el desarrollo de nuevas tecnologías”.
Por último, describe lo que representan los 520 MW de la convocatoria programada para el 25 de octubre: equivalen al 0,45% de la potencia total instalada en España en julio 2022; al 1,08% de la potencia eólica, fotovoltaica y solar térmica; al 2% de la potencia en ciclos combinados; el 7,3% de la potencia nuclear y el 13,8% de la potencia instalada de carbón, con lo que su impacto en términos aportación a los objetivos de la transición energética es mínimo.
!Qué paridas! Lo mejor, lo de los porcentajes del último párrafo. ¡Hay que joderse! Como si fuéramos párvulos…