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septiembre 15, 2022
No generarán grandes cambios sobre España. Advierten que las medidas de la Comisión Europea “pueden quedarse cortas”
Carlos Graña, responsable de Operaciones en ENERJOIN, remarca la falta de una intervención en el precio del gas dentro del paquete de medidas de la Comisión Europea y que no producirán importantes cambios sobre la Península Ibérica.

Este miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, anunció la presentación de una serie de medidas por parte del organismo, para mitigar la subida de precios en Europa, entre las que se destacan un tope al precio máximo de las tecnologías inframarginales y un impuesto a las ganancias extraordinarias a energéticas, petroleras, refinerías, etc. 

Asimismo, la mandataria agendó una nueva reunión con los Ministros de Energía de la Unión Europea para el 30 de septiembre, en Bruselas, en la que los países podrán presentar sus planes dela aplicación de estas medidas.

En diálogo con Energía Estratégica España, Carlos Graña, responsable de Operaciones en ENERJOIN, advierte: “Viendo la gravedad de la situación actual, las medidas pueden quedarse cortas”.

Señala que “la principal medida” que se tendría que haber implementado para este contexto era la intervención en el precio del gas, teniendo en cuenta que el incremento en sus valores es la razón de esta crisis; es decir, que no se ha propuesto una política similar a la de la Excepción Ibérica.

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“Viendo en detalle, este ha sido un paquete de medidas ‘confiscatorio’, todo va en la línea de acumular ingresos, luego habrá que ver qué hace cada país con esos beneficios”, resalta el experto.

Analizando las intervenciones presentadas, el especialista considera que el precio máximo establecido para las tecnologías inframarginales “es excesivo”. “Es una barbaridad que se permita a un molino eólico o a una central nuclear cobrar €180 el MWh”, opina Graña.

Su impacto en la Península Ibérica

Considerando que las medidas de la Comisión Europea funcionarán de marco para que luego cada Estado miembro las adopte, el experto observa que su aplicación en España será “poco relevante”

“Desde que entró en vigor la Excepción Ibérica, hasta el pasado 11 de septiembre, los precios del mercado eléctrico solo un 13% de las horas estuvieron por encima de los €180 el MW. Entonces, para países como España, en principio, esta medida no va a aportar muchos ingresos”, argumenta el especialista.

Por otro lado, el consultor comenta que el impuesto a los beneficios de las empresas energéticas, petroleras, refinerías, puede generar unos ingresos importantes para España, y para el resto de la Comisión Europea.

“Esta medida se aplicará a las empresas cuyo beneficio en el año 2022 sea superior al 20% de las ganancias medias de los últimos tres años. Y dentro de ese promedio, se incluye el año 2020, el de la pandemia, donde los promedios de las empresas fueron malos. De aquí se puede sacar mucho beneficio”, detalla Graña.

Siguiendo esta idea, rescata que la Unión Europea habla de que el dinero conseguido por estas dos partidas, sea destinado directamente a ayudar a las facturas de los consumidores y hogares vulnerables. “Pero, no se dice como se debe hacer, cada país tendrá que analizar como lo regula”, remarca el experto.

Y luego, hace mención a la intervención que establece la reducción de la demanda energética un 5% en las horas más caras, y además, llegar a una reducción global del 10% del consumo energético

Aquí seguramente haya un problema, porque al final, las horas más caras no son las mismas en Francia que en Alemania. Por ejemplo, en España es a la tarde o la noche, porque las horas centrales del día, con la fotovoltaica, están creando un valle de precio”, informa Graña.

Finalmente, el especialista insiste que estas medidas no generarán grandes cambios en España, más allá de un ingreso en el impuesto a las ganancias extraordinarias. Mientras que en Europa los mercados “deberían ir lentamente ajustándose”.

Asimismo, Graña resalta que ahora solo resta la incógnita de cómo afectará a aquellos países que tienen precios por encima de los €300, tener que reducir el consumo energético, y además que otras tecnologías tengan un ingreso máximo de €180.

“De igual forma, este problema se hubiese solucionado directamente interviniendo el gas, no habría dudas de lo que iba a pasar, como  España. Ahora, los mercados eléctricos saldrán vinculados a lo que pase con el gas”, concluyó el especialista.

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