La Unión Europea apunta a la descarbonización y transición energética de sus países miembros y para eso identificó al hidrógeno verde (H2V) como una de las claves para impulsar los procesos y lograr la electrificación. En ese sentido, cuenta con un plan y una financiación de 18 800 millones de euros al 2027 destinada a proyectos de hidrógeno renovable.
En ese marco el Tribunal de Cuentas Europeo (TCE), organismo encargado de la fiscalización y control de fondos de la UE, realizó una auditoría sobre la eficacia de la Comisión Europea en la creación de condiciones para desarrollar el mercado de H2V y si bien apuntan a que en parte logró crear las condiciones necesarias para el mercado emergente del hidrógeno, enfatiza en que aún hace falta una visión más realista.
“La Comisión no llevó a cabo análisis rigurosos antes de establecer los objetivos de producción e importación de hidrógeno renovable de la UE. De hecho, los objetivos de la UE resultaron ser demasiado ambiciosos: con la información disponible de los Estados miembros y de la industria, es poco probable que la UE los cumpla para 2030”, apunta el informe del TCE.
“No se desagregaron en objetivos vinculantes para los Estados miembros y no todos los Estados establecieron sus propios objetivos. Cuando lo hicieron, tales objetivos nacionales no se ajustaban necesariamente a los objetivos de la Comisión”, agrega.
Cabe recordar que la UE se planteó los objetivos de producir hasta 1 millón de toneladas de hidrógeno renovable e instalar al menos 6 GW de electrolizadores al 2024 y al 2030 producir hasta 10 millones de toneladas e instalar al menos 40 GW de electrolizadores.
Los auditores hacen hincapié en que los objetivos propuestos por la Comisión Europea son poco realistas en materia de producción e importación de hidrógeno y que no está en vía de alcanzarlos. Además, enfatizan en que para lograr un mercado de H2V competitivo es necesario que los países miembros y la industria avancen en la misma dirección.
Y analizan: “Los objetivos deben basarse en supuestos sólidos y ser ambiciosos, pero realistas. La Comisión estableció objetivos de capacidad sin recurrir a análisis sólidos 24 La Comisión anunció los objetivos (véase la ilustración 6) para la producción e importación de hidrógeno renovable en sus comunicaciones, que no son vinculantes para los Estados miembros. La Comisión no estableció objetivos para el hidrógeno con bajas emisiones de carbono”.
Recomendaciones
Entre las principales recomendaciones el TCE señala que la Comisión debería tomar decisiones estratégicas sin crear nuevas dependencias, establecer una hoja de ruta y hacer un seguimiento de los avances, obtener datos fiables de la financiación nacional y evaluar los mecanismos de financiación de la UE, realizar seguimiento del proceso de concesión de autorizaciones en Estados miembros y generar acciones de apoyo y coordinación con la industria del hidrógeno.
Además, proponen que se debe actualizar la estrategia de hidrógeno de Bruselas en tres focos: calibrar los incentivos de mercado para producción y uso del H2V, priorizar la escasa financiación de la UE para ciertas partes de la cadena de valor y decidir qué industrias mantener y a qué precios.
Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, el 61% de los proyectos anunciados como en fase avanzada o en fase de estudio de viabilidad se concentran en cuatro países: España, Alemania, Francia y Países Bajos.
Desafíos
En el informe publicado por el Tribunal de Cuentas Europeo analiza los principales desafíos que afrontan los promotores de proyectos a la hora de invertir en tecnologías de hidrógeno verde.
Algunas cuestiones están relacionadas con el hecho de que se trata de un mercado incipiente, que la oferta está a la espera de la demanda y viceversa, la falta de normas y regímenes de certificación, la dificultad para garantizar la demanda por la incertidumbre en torno a cantidades disponibles y precio, el entorno inflacionista que dió lugar a aumentos de los costes, falta de fuentes de financiación, procesos dilatados de concesión de autorizaciones, falta de red de transporte y distribución y dificultad para obtener energías renovables.
Desde el TCE señalan que estos aspectos frenan las inversiones en proyectos de H2V, además enumeran retos para la industria fabricante de electrolizadores.
“En Europa actualmente no hay electrolizadores de más de 20 MW, pero se han realizado los primeros pedidos para electrolizadores de mayor tamaño. Las cadenas de valor de los componentes y las materias primas: los plazos de entrega pueden ser prolongados y depender de determinados países no pertenecientes a la UE. No se dispone necesariamente de cantidades suficientes para atender un incremento de la demanda”, detalla el documento.
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