El Reino Unido se prepara para la séptima ronda de subastas de Contratos por Diferencia (CfD), conocida como AR7, que promete ser la subasta más ambiciosa y transformadora hasta la fecha. Según Chris Stark, jefe de control de misión para energía limpia 2030 en el Departamento de Seguridad Energética y Cero Neto (DESNZ por sus siglas en inglés), esta subasta es clave para revertir las deficiencias de las rondas previas y garantizar que el país cumpla sus objetivos de energía renovable.
“La consulta para el AR7 comenzará en las próximas semanas. Estamos centrados en lograr que esta sea la subasta más exitosa que hayamos tenido jamás”, señala Stark. Este proceso, que permitirá la participación de proyectos sin permisos de planificación completos y extenderá la duración de los contratos CfD, está diseñado para desbloquear nuevas capacidades en energía renovable y acelerar su despliegue.
Resultados de AR5 y AR6: Lecciones aprendidas
En la quinta ronda de asignación (AR5), los resultados fueron decepcionantes para la energía eólica marina, ya que no se aprobaron licitaciones debido a precios máximos fijados por el gobierno que estaban por debajo de los niveles económicos viables. Aunque otras tecnologías, como la eólica terrestre y la solar fotovoltaica, lograron adjudicaciones significativas, la falta de proyectos offshore dejó sin ejecutar importantes oportunidades para avanzar en los objetivos de capacidad.
En contraste, el AR6 representó un progreso moderado, aunque insuficiente para cubrir las expectativas de la industria. Según los datos oficiales del Departamento de Seguridad Energética y Cero Neto, la ronda permitió adjudicar 3,288 MW en energía solar fotovoltaica con precios de referencia de £50.07/MWh, y 990 MW en energía eólica terrestre con precios finales de £50.90/MWh, logrando un ahorro del 20.47% respecto a los precios máximos administrativos. Sin embargo, en el caso de la energía eólica marina, la subasta alcanzó solo el 35% de la capacidad elegible esperada, con 3,363 MW adjudicados a un precio de £58.87/MWh. Esto subraya la urgencia de ajustar los precios de referencia y mejorar las condiciones de las subastas para maximizar el impacto de los presupuestos asignados.
El AR7: Un cambio radical hacia 2030
El AR7 se presenta como una oportunidad crítica para alcanzar los ambiciosos objetivos de energía renovable establecidos por el Reino Unido, que busca implementar entre 43 GW y 50 GW de capacidad eólica marina para 2030.
Según James Brabben, gerente sénior de asuntos regulatorios de RWE Reino Unido, esta subasta debe marcar un cambio radical en el enfoque del gobierno. Brabben subraya la importancia de garantizar que los proyectos listos para ejecutarse no queden “sobre la mesa”, especialmente cuando el tiempo para actuar es limitado.
Entre las propuestas para reformar el esquema CfD, Brabben menciona la necesidad de aumentar la duración de los contratos de 15 a 25 años, lo que permitiría alinear los términos con la vida útil de los proyectos, proporcionando mayor certidumbre a los desarrolladores. También es crucial establecer objetivos de capacidad claros para cada subasta, ofreciendo transparencia y estabilidad a los inversores. Asimismo, ajustar los precios de referencia para que reflejen las condiciones reales del mercado evitaría subestimaciones que desincentivan la participación de proyectos viables.
El impacto económico y ambiental del AR7
Además de su relevancia técnica, el AR7 tendrá un impacto significativo en la economía y el medio ambiente del Reino Unido. Un análisis de Aurora Energy concluye que un sistema basado en energía eólica marina no solo es más limpio, sino también más económico para los consumidores en el largo plazo. Asimismo, el AR7 permitirá desbloquear inversiones esenciales y generar pedidos en la cadena de suministro, fortaleciendo la posición del Reino Unido como líder global en energías renovables.
“El AR7 no es solo una subasta; es un paso decisivo hacia un futuro sostenible”, concluye Stark, destacando la responsabilidad del gobierno en transformar esta ronda en un modelo de referencia mundial. Este esfuerzo no solo será clave para cumplir las metas climáticas y energéticas, sino también para consolidar al Reino Unido como un referente global en la transición hacia una energía más limpia.
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