El MITECO lanzó los detalles de la tercera subasta de renovables, dentro del Régimen Económico de Energías Renovables (REER), que adjudicará 520 MW y se realizará el próximo 25 de octubre.
De ese total, se establece un cupo de 380 MW dividido en: 220 MW para la termosolar; 140 MW para la biomasa y 20 MW para otras tecnologías. Mientras que la fotovoltaica (distribuida) tendrá otra parte de 140 MW.
La Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar (Protermosolar) emitió un comunicado en el que hacen una valoración positiva de esta subasta.
“Estamos muy ilusionados ante lo que supone una reactivación de la industria termosolar. En un momento clave, en el que nuestra tecnología está llamada a ser una alternativa que disminuya sustancialmente la dependencia de los combustibles fósiles”, han celebrado desde la asociación.
Asimismo, destacan la inclusión del almacenamiento en la subasta, dado que los proyectos que participen deberán contar con seis horas de “storage”, y podrán hibridarse con biomasa, biogás, biolíquidos y fotovoltaica, siempre y cuando, la potencia fotovoltaica no supere el 10% de la potencia termoeléctrica.
Por otro lado, Javier Díaz, Presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), hizo hincapié sobre la potencia que será adjudicada.
“Creemos que los 380 MW previstos por el gobierno para el periodo 2020-2025 podrían aumentarse hasta 700 MW con plantas ubicadas en las zonas apropiadas y cerca de los recursos biomásicos tanto forestales como agrícolas: podas de viñedos, frutales, paja y otras agrobiomasas.
Cabe señalar que, a la biomasa le corresponden hasta 100 MW en proyectos sin restricción de potencia y otros 40 MW para instalaciones con potencia instalada igual o inferior a 20 MW.
Por otra parte, el directivo remarcó que confían en que España podría albergar una potencia superior a 2.500 MW eléctricos, alimentada por los más de 20 millones de toneladas anuales producidos por la biomasa agrícola y forestal.
“También defendemos lo apropiado de limitar la potencia por debajo de 20 MW, pues las plantas de 50 MW requieren consumos enormes de biomasa, del orden de 450.000 toneladas año, lo que obliga a suministros de biocombustible desde grandes distancias a la instalación”, señaló Díaz
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