En 2023, por primera vez, el carbón representó menos del 61 % de la generación eléctrica de Polonia, una caída de 9,9 puntos porcentuales respecto al año anterior. Este avance fue impulsado por el crecimiento de las energías renovables, que alcanzaron un récord del 27 % en el mix energético del país, según el informe de Forum Energii.
La energía eólica y solar lideran este crecimiento, representando el 14 % y 6,8 % de la generación eléctrica, respectivamente. Sin embargo, más de la mitad de las fuentes renovables aún provienen de la biomasa primaria, lo que limita el impacto real en la reducción de emisiones. Tecnologías como la geotermia y la energía hidroeléctrica apenas alcanzan un 2 % combinado, mostrando una diversificación limitada.
La región polaca enfrenta un gran desafío en términos de emisiones de carbono. Con una intensidad de 666 g de CO2/kWh, el país ocupa el último lugar en la Unión Europea, muy por encima del promedio de 251 g CO2/kWh. Aunque las emisiones netas han caído un 18 % desde 1990, el progreso es más lento que en otras economías del bloque. Países como Rumanía y Eslovaquia han logrado reducciones del 75 % y 53 %, respectivamente.
Dependencia económica y diversificación de importaciones
La transición energética también tiene un impacto económico importante. Desde 2014, Polonia ha gastado 1,2 billones de PLN en importaciones de combustibles fósiles. En 2023, el petróleo representó el 46 % de estas compras, mientras que el gas natural y el carbón sumaron el 34 %. Este gasto subraya la urgencia de reducir la dependencia de combustibles fósiles extranjeros para fortalecer la economía nacional.
En cuanto a las importaciones energéticas, Polonia ha diversificado significativamente sus fuentes tras eliminar las compras de carbón y gas a Rusia. En 2023, el 40 % del gas importado provino de Dinamarca, mientras que Noruega y Qatar se posicionaron como otros proveedores clave. Sin embargo, la dependencia de las importaciones sigue siendo alta, alcanzando el 43 % del consumo de energía primaria, lo que resalta la necesidad de avanzar hacia una mayor autosuficiencia.
Progresos limitados fuera del sector eléctrico
A pesar de los avances en el sector eléctrico, otros sectores muestran un progreso más limitado. El transporte y la industria siguen dependiendo en gran medida de combustibles fósiles. La electrificación de vehículos avanza lentamente, con apenas 98.000 vehículos eléctricos en 2023, mientras que las ventas de bombas de calor disminuyeron respecto al año anterior. Esto contrasta con el objetivo de la Unión Europea de electrificar completamente el transporte para 2050.
El crecimiento en la capacidad instalada de renovables también es un punto destacado, alcanzando los 28,6 GW en 2023, con un aumento de 5,6 GW respecto al año anterior. Las tecnologías fotovoltaicas lideraron este crecimiento, representando el 60 % de las nuevas instalaciones. Sin embargo, las fuentes tradicionales, como el carbón, aún dominan con un 46 % de la capacidad instalada total, lo que dificulta una descarbonización completa.
Hacia una transición energética más integral
Aunque los avances en renovables son prometedores, Polonia necesita acelerar la reducción de emisiones en sectores clave y garantizar la seguridad energética mediante el desarrollo de fuentes limpias y flexibles. Como señala el informe, «la transición energética es visible en el sector eléctrico, pero carece de un enfoque integral que abarque toda la economía.» La falta de flexibilidad en las centrales tradicionales y la creciente intermitencia de las renovables podrían poner en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico sin soluciones de almacenamiento eficaces.
Además, los consumidores están jugando un papel importante en este cambio. En 2023, las instalaciones de prosumidores aumentaron en un 21 %, alcanzando los 10,7 GW. Esto representó el 4,1 % de la generación eléctrica nacional, destacando el papel de los ciudadanos en la transformación del sistema energético. Sin embargo, el informe señala que esta capacidad aún no es suficiente para cubrir la creciente demanda eléctrica, proyectada en un 17 % más para 2030.
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