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enero 22, 2025

¿Cómo aprovechar las baterías en comunidades energéticas para ahorrar hasta un 60% en la factura?

Con la instalación de almacenamiento detrás del contador, estos autoconsumos avanzan hacia modelos cada vez más eficientes. El ahorro puede superar el 50% con sistemas de gestión y big data, mientras la expansión hacia redes descentralizadas con IA emerge como el siguiente desafío.
By Milena Giorgi

By Milena Giorgi

enero 22, 2025
¿Cómo aprovechar las baterías en comunidades energéticas para ahorrar hasta un 60% en la factura?

Desde que el Gobierno impulsó el almacenamiento para comunidades energéticas con la publicación de la Orden TED/764/2024, Toda Energía ha explorado cómo optimizar el uso de las baterías para reducir los excedentes energéticos producidos por sus paneles y maximizar el ahorro en la factura eléctrica de los consumidores.

Durante la investigación, se plantearon varios interrogantes: ¿Qué porcentaje de la energía generada debería almacenarse para maximizar los ahorros? ¿Cómo gestionar el reparto de los excedentes de manera justa entre los socios? Y, sobre todo, ¿cómo garantizar que el almacenamiento sea financieramente viable?

La respuesta radicó en el uso intensivo de la gestión de datos. Según José Andrés Palacios, autor principal del estudio, el uso de un Energy Management System (EMS) permitió modelar con precisión los patrones de consumo de cada socio, anticipar sus necesidades y ajustar dinámicamente la gestión de las baterías. 

“El EMS centraliza toda la información climática, de mercado y de consumo interno de la comunidad, y con esos datos optimizamos la producción, el almacenamiento y el consumo”, explica en diálogo con Energía Estratégica España.

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Esta herramienta no solo permitió resolver los cuestionamientos iniciales, sino que también abrió la puerta a nuevas formas de operar en comunidades energéticas, como la posibilidad de calcular excedentes en tiempo real y redistribuirlos de manera eficiente.

Comunidades energéticas como mini distribuidoras

Gracias a la tecnología, estas comunidades pueden gestionar su producción, almacenamiento y distribución de manera autónoma, funcionando como pequeños operadores locales.

“Las comunidades energéticas son como una pequeña Iberdrola”, comenta Palacios. Este modelo descentralizado permite no solo una mayor flexibilidad en la demanda, sino también una utilización más eficiente de los recursos renovables. 

Al implementar redes internas que conectan a los usuarios con el almacenamiento centralizado, se evita la dependencia total de la red general y se optimiza el consumo según las necesidades de cada miembro.

Además, las comunidades están comenzando a explorar la instalación de baterías individuales en los hogares. Esta descentralización, aunque más compleja, promete un futuro donde cada usuario tenga control directo sobre su consumo y almacenamiento energético, gracias al uso de inteligencia artificial y algoritmos avanzados para la gestión en tiempo real.

En términos de ahorro, el impacto del almacenamiento en comunidades energéticas es notable. Palacios asegura que, al implementar baterías, los usuarios pueden alcanzar un ahorro superior al 50% en su factura energética

“Estamos hablando de un 30% de ahorro en autoconsumo, más un 20% adicional gracias al almacenamiento”, explica. 

El cálculo del reparto de la energía 0,5 kilovatios de almacenamiento por hogar, se logra cubrir la mayor parte de las necesidades residenciales. Sin embargo, para los comercios, el cálculo debe ajustarse a consumos mayores, oscilando entre 1,5 y 2 kilovatios, dependiendo de la actividad económica.

Financiamiento 

A pesar de los avances tecnológicos, el almacenamiento energético todavía enfrenta barreras económicas significativas. Las baterías de ion-litio, aunque ampliamente utilizadas, tienen costos iniciales elevados que limitan su adopción sin el apoyo de subsidios públicos. 

Según Palacios, para que esta tecnología sea viable, es necesario que las subvenciones cubran entre el 60% y el 65% del costo total del almacenamiento.

Actualmente, el Gobierno ofrece una ayuda estándar del 40% para las instalaciones fotovoltaicas. Sin embargo, en el caso de las baterías, este porcentaje debe incrementarse para fomentar su adopción, especialmente en comunidades energéticas donde el retorno de la inversión depende de un equilibrio delicado entre costes de instalación y ahorros generados.

“Sin un subsidio significativo, el almacenamiento no podría extenderse de manera masiva. Es crucial que se reconozca la importancia de esta tecnología como una parte integral del sistema renovable”, enfatiza Palacios.

Por último, concluye que queda demostrado “que el almacenamiento es viable y necesario para el futuro de las energías renovables”, subrayando la importancia de seguir investigando y desarrollando tecnologías que permitan a estas comunidades convertirse en un pilar fundamental de la transición energética global.

El futuro: inteligencia artificial y redes descentralizadas

La próxima etapa para las comunidades energéticas apunta hacia la descentralización y el uso de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial. 

Palacios vislumbra un modelo donde las baterías no estén centralizadas en la comunidad, sino instaladas en cada hogar. Esto permitiría una mayor flexibilidad y una reacción más ágil a las necesidades de los usuarios.

“Con algoritmos de inteligencia artificial y sistemas de microtrading, podremos reaccionar en milisegundos a los cambios en la demanda energética”, explica. Este enfoque no solo optimizaría el uso de los recursos, sino que también crearía un modelo más autónomo y sostenible.

Además, el uso de redes internas descentralizadas podría transformar las comunidades en auténticas microredes energéticas, capaces de gestionar su energía sin depender completamente de la red general. 

Un modelo replicable y adaptable

Las comunidades energéticas en España están demostrando que el almacenamiento puede ser un catalizador para un sistema energético más sostenible y eficiente. 

El avance hacia la descentralización, combinado con tecnologías de gestión y subsidios adecuados, ofrece una solución prometedora para maximizar el uso de las energías renovables.

“El almacenamiento bien gestionado no solo reduce costos, sino que refuerza la confianza en el sector”, finaliza Palacios.

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