Desde el primero de enero del 2024, comenzó la decimotercera presidencia de Bélgica de la Comisión Europea y, este lunes 15 y martes 16, los 27 se reunirán para debatir los principales ejes de trabajo para los próximos seis meses. 

En este sentido, Energía Estratégica España, recapitula las prioridades anunciadas por las autoridades belgas, entre las que se destacan el fortalecimiento de la competitividad de la industria europea y la transición ecológica justa. 

Sobre el primer punto, el documento propone: “Reforzar el mercado interior y el futuro industrial de la UE y proseguir los trabajos para completar la unión de los mercados de capitales y la unión de la energía”. 

Frente a la crisis energética, se pondrá especial atención en mejorar la seguridad económica, reducir las dependencias perjudiciales y promover el liderazgo tecnológico en sectores críticos.

Esta presidencia deberá hacer énfasis en el Wind Power Package anunciado a fines de octubre del 2023. 

Este incluye 16 medidas que se estructuran en las principales necesidades del sector, como la aceleración del despliegue eólico, ya que a partir de este año, Europa necesitará instalar 30 GW anuales hasta 2030 para cumplir con los objetivos.

Otro de los ejes es la visibilidad de los calendarios de subastas con el que se pretende reforzar los foros de cooperación regional para coordinar mejor la planificación y, también, fomentar el despliegue de la energía eólica marina.

Además, deberá iniciarse el Plan de Acción de la UE sobre Redes eléctricas, tanto la mejora de las conexiones transfronterizas como la resolución de los cuellos de botella que impiden el refuerzo y la expansión de la red, incluido el reparto de costes transfronterizos.

Por su parte, se deberán trabajar los temas relacionados con el acceso a la financiación de proyectos renovables, crear un entorno internacional justo y competitivo y potenciar el capital humano con formación especializada para cada tecnología.

En palabras del primer ministro belga, Alexander De Croo, “La UE debe aprovechar plenamente su potencial de eficiencia energética en toda la economía y avanzar rápidamente en el desarrollo de fuentes y vectores de energía renovables y con bajas emisiones de carbono. Para ello es esencial aumentar las inversiones en una red energética integrada y preparada para el futuro”.