Repsol es el principal consumidor de energía en España y a su vez es un gran productor de estas en sus diversas formas.
Durante el Observatorio de la Escuela de Organización Industrial EOI «El sector industrial ante el shock energético y el reto de la descarbonización», Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de la compañía, opinó: «Los mercados se han roto desde el punto de vista racional».
El ejecutivo explicó que entiende que fue necesaria la implementación del tope al gas para hacer que la energía sea accesible para los consumidores. Pero la intervención del mercado son señal de que no está funcionando y hay que reconfigurarlo.
Para el experto, el foco debe estar puesto en garantizar el suministro y la solvencia tanto de las familias como de los empresarios y las industrias.
«El gas no es el pasado. Al igual que todas las energías al alcance, es necesario. Todas son necesarias», afirma Imaz.
En este sentido profundiza la idea de que hay que repensar y mejorar la transición energética, abriéndole las puertas a todas las fuentes de energías disponibles en el continente.
Según expresó, Europa se encuentra ante una disrupción inesperada que ha dejado en evidencia algunos aspectos de la política energética que hay que repensar para encarar una descarbonización basadas en las capacidades industriales y tecnológicas europeas.
«Europa saldrá de esta crisis con menos dependencia energética, con mayor vocación de defender sus propias cadenas de suministros y con mayor producción de energía renovable», concluyó el referente de Repsol.
Por su parte, remarcó la necesidad de hacer un esfuerzo brutal por apostar por la eficiencia energética y procesos industriales de menos consumo de energía y menos consumo de CO2 y postuló: «Soy partidario de un precio de CO2 global como incentivo a la descarbonización. El problema es cuando este se convierte en pasto de especulación financiera».
Acciones de Repsol
La exposición de Imaz incluyó algunas de las iniciativas que la multinacional lleva adelante en el marco de su plan de eficiencia energética, el cual ha supuesto una mejora económica notable, según confirmó.
Entre las inversiones más destacadas se encuentra la realizada en Tarragona, de 500 millones de euros para producir metanol en base a 200 mil toneladas de residuos sólidos urbanos.
Asimismo, adelantó que esperan tener 550 MW equivalentes en operación para el 2025 de producción de biogás para hidrógeno.
Este proyecto sería principalmente para autoabastecer las plantas españolas, ya que son el principal consumidor de hidrógeno utilizado en el proceso de refinería del combustible.
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