El Presidente de la Asociación Gallega del Hidrógeno (AGH2), José Ramón Ferreiro, se ha reunido con Antonio López, rector de la Universidad de Santiago de Compostela para la firma de un convenio de cooperación para impulsar el hidrógeno como vector energético. 

Una colaboración que ayudará a que se impulse la participación del sector privado, las instituciones educativas y la Administración.

Firma del convenio de colaboración

En este escenario, se presentó a quien representará a la asociación en sus tareas para abordar los retos que implica el desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno en Galicia.

Se trata de Luis Miguel Varela Cabo, catedrático de Física de la Materia Condensada en la Universidad de Santiago de Compostela, especializado en termodinámica. 

Como explicaron los integrantes de la asociación, su neutralidad respecto a los diferentes sectores empresariales, aportará a su función transversal.

En entrevista exclusiva con Energía Estratégica España, el nuevo directivo comenta su perspectiva sobre lo que significará su aporte, sus ideas y objetivos. 

¿Qué espera aportar a la AGH2?

La existencia de la asociación me parece muy oportuna para integrar todos los segmentos de la cadena de valor incipiente y como tal, aún desorganizada, que una desde los más pequeños talleres hasta las más grandes empresas para que la bonanza que se espera se derive por capilaridad a todos los sectores intervinientes. 

Eso requiere asociaciones estratégicas que canalicen sus expectativas a las administraciones y si integramos esto con la academia, la investigación y la docencia es cuando realmente se puede crecer de manera equilibrada sin perder oportunidades.

Sobre el futuro puedo decir que nacemos con mucha ambición en todos los segmentos del hidrógeno: desde su producción hasta su transporte e implementación: movilidad en vehículos livianos, pesados, marinos, etc; grandes, medianas y pequeñas empresas y en la vida de los ciudadanos.

Por tanto, es fundamental realizar investigación y difusión de las potencialidades de esta tecnología. 

¿Cuáles son las potencialidades de Galicia para el desarrollo del hidrógeno?

Galicia está llamada a cumplir un papel de relevancia principal en este sentido. Hablando del hidrógeno verde, puedo decir que tiene una gran capacidad de generación de energía renovable (18.557 GWh según el informe 2021 de la Red Eléctrica) y en segundo lugar, una gran disponibilidad de agua.

Este último punto es imprescindible ya que por cada kilo de hidrógeno se necesitan 9 de agua, aunque en la práctica son 19 kg.

Como potencia es indiscutible. Como nivel de desarrollo siempre puede ser mejor, pero creo que en Galicia estamos haciendo las cosas bien y vamos a paso firme. 

Estamos apostando decididamente por el Hub de hidrógeno.

¿Cuáles son los principales desafíos en el despliegue de esta tecnología?

No creo que estos sean una particularidad de Galicia, sino de la esencia del hidrógeno. Incluso, las características de nuestra región mejoran su posición frente a otras comunidades, probablemente. 

La principal dificultad es la eficiencia de su producción. Actualmente el costo es de €6, por tanto, es caro. El objetivo es bajarlo a un tercio, llegando a €2 a 2025, 2030. 

En el mismo sentido, queda describir cómo serán las cuestiones impositivas. Por el momento, todas son ayudas e incentivos pero es algo que deberá definirse, ya que esto condicionará su rentabilidad en el mediano y largo plazo. 

Esto lleva a otro reto: el poco desarrollo legislativo y de la cuestión administrativa que afecta a todas las renovables. En particular, máximos de consumo, fiscalidad y reglas del mercado para sustituir progresivamente al gas. 

Asimismo, existe un desafío tecnológico enorme para desarrollar electrolizadores mucho más eficientes y más potentes para poder alcanzar las cifras pensadas en los planes.

Tenemos también un problema de seguridad, almacenamiento y transporte que resolver para poder llegar a todos los sectores y colaborar con la descarbonización. 

¿Qué puede decir respecto a la creación del Hub del Hidrógeno?

Esperamos que no nos suceda lo mismo que nos ha sucedido con la generación de baterías. Esperamos que se desplieguen parques de producción de electrolizadores con tecnologías propias europeas. 

El ambicioso plan de Navantia con Repsol va en dirección de producir hidrógeno y posteriormente amoníaco para el medio marino. 

Esto permitirá potenciar mucho la industria, junto a su planta piloto de producción de combustibles sintéticos a partir del hidrógeno verde. Eso puede ser revolucionario y salvar toda la tecnología térmica para el funcionamiento de los motores. 

¿Cómo pretende desde su rol, participar de los nuevos proyectos?

Tenemos el interés de participar trasladando a nuestros socios la información más detallada, fidedigna y actualizada posible sobre las estructuras y oportunidades de negocios, fomentando el avance tecnológico y extendiendo las fronteras del conocimiento. 

Pero también debemos hacerlo conciliando una gran racionalidad científico-técnica. Dejando de lado el pensamiento mágico, con una fuerte vocación de servicio al socio para brindarle las herramientas más eficientes para su crecimiento.