La Cooperación Energética del Mar del Norte (NSEC por sus siglas en inglés) representa una iniciativa clave para consolidar el sector eólico en Europa, especialmente en un momento donde la competencia de actores asiáticos, particularmente de origen chino, amenaza con captar una parte significativa del mercado.
Jérémy Simon, delegado general adjunto en el Sindicato de Energías Renovables (SER), explica a Energía Estratégica España: “queremos mantener una verdadera industria en Europa”. Es decir, una industria que ha logrado, hasta ahora, producir localmente el 96% de los componentes utilizados en el mercado eólico europeo.
El NSEC, que incluye países como Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Suecia y la Comisión Europea, tiene como objetivo aprovechar el potencial de la región para la producción de energía renovable y desarrollar una red eléctrica marina interconectada. Esta cooperación regional es una prioridad energética de larga data para la Unión Europea, y se alinea con el Pacto Verde Europeo y el Plan REPowerEU, los cuales resaltan la importancia de las energías renovables para cumplir con los objetivos climáticos y energéticos de la UE hacia 2030 y 2050.

Jérémy Simon, delegado general adjunto en el Sindicato de Energías Renovables (SER).
Simon destaca la relevancia del acuerdo, no solo desde el aspecto industrial, sino también como una estrategia para proteger empleos y garantizar la continuidad de la fabricación europea. “Detrás de las empresas, hay trabajadores y empleos”, explica Simon, enfatizando que el acuerdo con los países del Mar del Norte busca preservar tanto la mano de obra local como el conocimiento técnico de la región.
El NSEC cuenta con una estructura de gobernanza que involucra reuniones ministeriales, grupos técnicos y una agenda de trabajo definida hasta 2027. A través de cinco grupos de apoyo, la cooperación aborda múltiples aspectos estratégicos, incluyendo la planificación a largo plazo, la financiación de proyectos conjuntos, y la integración de energías renovables como el hidrógeno offshore en el sistema energético.
“El desafío del sector eólico europeo es mantenerse europeo después de algunos años”, advierte Simon, quien señala que esta planificación detallada es esencial para lograr la autosuficiencia industrial y energética de la región en las próximas décadas.
Este acuerdo, que incluye la cooperación técnica y la coordinación de licitaciones para proyectos offshore, promueve el despliegue de 260 GW de energía eólica marina para 2050 —el equivalente al 85% de la ambición de la UE para esa fecha. Los miembros de la NSEC, junto con la Comisión Europea, también buscan acelerar los procedimientos de permisos y facilitar el acceso a la financiación a través de mecanismos como el “Conectar Europa” y los Acuerdos de Compra de Energía (PPA).
La entrada de actores externos, como las empresas asiáticas, representa una amenaza tanto para la industria europea como para la capacidad de los países de la región de mantener el control sobre sus cadenas de suministro. “Los actores asiáticos, en particular los chinos, son muy agresivos y quieren entrar en nuestro mercado y tomar parte de él”, puntualiza Simon. Esta situación hace que la coordinación entre los países del NSEC sea fundamental para preservar y consolidar una industria local resiliente y competitiva.
Además, la planificación espacial marítima es otro aspecto relevante en la agenda de la NSEC, ya que es necesario equilibrar el desarrollo de energía renovable con la protección del medio ambiente y la biodiversidad del Mar del Norte. Los Grupos de Apoyo dentro de la NSEC están trabajando en un Plan de Acción para abordar estos desafíos, en colaboración con entidades como la Convención para la Protección del Medio Marino del Atlántico Nordeste (OSPAR) y el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES).
La consolidación de una red eléctrica marina también es una prioridad de la NSEC, ya que permitirá no solo un uso más eficiente de la energía generada, sino también una integración más estrecha entre las redes de los países miembros. Este enfoque, según Simon, es parte de la estrategia para asegurar que la industria eólica europea permanezca robusta y orientada hacia la innovación local, contribuyendo a la sostenibilidad del continente y evitando una dependencia creciente de importaciones extranjeras.
En síntesis, la Cooperación Energética del Mar del Norte es un esfuerzo decisivo para fortalecer el sector eólico europeo y asegurar que este siga siendo una industria europea en el futuro. “Queremos mantener una verdadera industria en Europa”, subraya Simon, reiterando la necesidad de una respuesta estratégica ante el avance de actores globales en el mercado.
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