“Existe un gran potencial de autoconsumo en ciudades para los edificios que aún no se está explotando porque hay muchas restricciones en cuanto a la distribución de la energía”, afirma Pablo Barbado, Account Manager de Enphase, en diálogo con Energía Estratégica.
Actualmente, las instalaciones domésticas se concentran en Valencia, Sevilla, Madrid y Barcelona. No solo porque haya mayor demanda, sino por ser las regiones que cuentan con más instaladores especializados, un recurso escaso por el momento en el país.
Aunque la legislación fomenta y reglamenta a las comunidades eléctricas, la realidad es que hoy solo se está instalando en viviendas unifamiliares.
Pero solo el 30% de la población de estas ciudades vive en este tipo de residencias. “El desafío ahora está en cómo superamos eso para poder explotar este segmento”, agrega Barbado.
En cuanto a la experiencia de Enphase, ingresaron en el mercado ibérico en 2020 con 1 MW de potencia instalada. Durante 2021 llegaron a los dos dígitos y para este año proyectan entre 50 y 100 MW únicamente en instalaciones residenciales.
Las ayudas del Gobierno ¿positivas o negativas para el mercado?
El ejecutivo de Enphase, asegura a este medio que desde que aparecieron las subvenciones del Gobierno nacional y de las diferentes Comunidades Autónomas, la demanda de baterías ha aumentado.
Asimismo, afirma que el plazo de amortización de la instalación de autoconsumo se ha reducido de siete u ocho años a solo cuatro.
Pero para Barbado, estas solo generaron un boom en la demanda y no ayudan a sostener el mercado en el largo plazo. El cuello de botella producto de la explosión de la demanda, no favoreció a los inconvenientes internacionales de la cadena de suministro.
Además, plantea: “Estos incentivos fomentan el enojo en los usuarios por la falta de capacidad de entrega. Mejor invertir el dinero en promoción y educación financiera al ciudadano que sostengan el autoconsumo en el tiempo”.
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