El pasado 2 de octubre de 2024, el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reafirmaron su compromiso con la energía eólica marina como eje clave para la transición energética en Europa tras una reunión que involucró a ambas potencias. Con 13,9 GW de capacidad instalada y 77 GW en proyectos en desarrollo en el territorio británico, la cooperación con la Unión Europea se perfila como un paso decisivo para fortalecer la seguridad energética en ambas regiones.
Sin embargo, Tasso Paes Franco Filho, Portugal Account Manager de Sammy Free, destaca a Energía Estratégica España que esta colaboración no está exenta de desafíos técnicos y regulatorios que deben resolverse para garantizar su éxito.

Tasso Paes Franco Filho, Portugal Account Manager de Sammy Free.
Uno de los principales retos mencionados por Paes Franco Filho es el elevado costo financiero que implica la construcción de interconectores eléctricos submarinos entre el Reino Unido y la UE. “La construcción y mantenimiento de interconectores submarinos es extremadamente costosa”, señala, subrayando que tanto gobiernos como empresas privadas deberán comprometerse con inversiones multimillonarias.
En este contexto, el uso eficiente de recursos, como el compartir infraestructuras ya existentes, se vuelve esencial. “Compartir infraestructura, como cables submarinos e interconectores, reduce costos y permite una integración más eficiente de la energía en las redes eléctricas”, añade Paes Franco Filho.
Además, las condiciones geográficas y climáticas de las aguas del Norte añaden una capa de complejidad técnica a estos proyectos. “La distancia y las condiciones del Mar del Norte representan dificultades en la instalación de cables submarinos”, comenta. Los fuertes vientos, las olas y la profundidad variable del mar crean un entorno difícil para la construcción y mantenimiento de los interconectores, lo que podría retrasar su implementación.
Otro obstáculo importante proviene de las diferencias regulatorias entre la Unión Europea y el Reino Unido, exacerbadas por el Brexit. “Las normativas y regulaciones energéticas entre la UE y el Reino Unido pueden no estar completamente alineadas”, explica el ejecutivo. Estas divergencias pueden complicar tanto la coordinación como el financiamiento conjunto de los proyectos, lo que pone en evidencia la necesidad de establecer un marco regulador que facilite la colaboración entre ambas partes.
Finalmente, Paes Franco Filho señala que la integración de las redes eléctricas de ambos lados será crucial para garantizar el éxito de la cooperación energética. En otras palabras, “garantizar que las redes eléctricas de ambos lados sean compatibles y capaces de manejar el intercambio de grandes cantidades de energía” es uno de los retos técnicos más significativos, según Paes Franco Filho. Si no se logra una integración adecuada, los beneficios de esta cooperación podrían verse severamente limitados.
A pesar de estos retos, la colaboración energética en esta área promete significativos beneficios para ambas partes, no solo en términos de eficiencia, sino también de seguridad energética. “Fortalece la seguridad energética de la región, al diversificar las fuentes de energía y mejorar la resiliencia ante fluctuaciones del mercado energético”, explica el ejecutivo.
La cooperación en el Mar del Norte también ofrece oportunidades para la innovación tecnológica. “La cooperación facilita el desarrollo de tecnologías avanzadas y la optimización de parques eólicos offshore, aumentando su capacidad y eficiencia”, destaca. Esto es especialmente relevante en un momento en que el Reino Unido y la UE se han comprometido a alcanzar ambiciosos objetivos climáticos. “Contribuye de manera más efectiva a las metas climáticas de la UE y el Reino Unido al acelerar la instalación de nuevas infraestructuras renovables”, concluye.
Este compromiso con la energía eólica marina es parte de una estrategia más amplia para fortalecer la seguridad energética y acelerar la transición hacia energías limpias.
El Reino Unido, con su Estrategia de Seguridad Energética, ya se ha fijado el objetivo de alcanzar 50 GW de capacidad para 2030, de los cuales 5 GW provendrán de tecnologías flotantes avanzadas. Esta expansión promete generar miles de empleos y atraer inversiones privadas de hasta 100 mil millones de libras esterlinas, consolidando al Reino Unido como un líder global en energía eólica marina.
Finalmente, Paes Franco Filho reflexiona sobre el impacto que tendría una reintegración del Reino Unido en foros como la Cooperación Energética del Mar del Norte, de la cual ha estado parcialmente aislado tras el Brexit. “Si el Reino Unido volviera a ser miembro de pleno derecho en foros de cooperación como la Cooperación Energética del Mar del Norte, tendría varios impactos positivos”, comenta.
Esta reintegración facilitaría la coordinación y financiamiento de proyectos conjuntos, además de mejorar la colaboración entre la UE y el Reino Unido en proyectos energéticos clave. En un contexto de alta volatilidad de los precios energéticos, esta colaboración se vuelve aún más crucial para garantizar un suministro estable y sostenible para el futuro de Europa.
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