De acuerdo a números oficiales, en España se consumen cerca de 500.000 toneladas de hidrógeno al año, siendo en su mayoría gris. Un 95% de este total proviene de refinerías y de la fabricación de productos químicos.

En la hoja de ruta del hidrógeno, publicada en 2020 por el MITECO, se establece como objetivo desarrollar 4 GW de electrólisis en el país, con pasos intermedios en 2024 de entre 300 y 600 MW.

“A día de hoy en España solo existe una planta, la de Iberdrola de 20 MW en Puertollano”, precisa Javier Revuelta, Consultor Senior en AFRY, en diálogo con Energía Estratégica España.

En este sentido, resalta que el volumen de esta planta es “muy pequeño”, si se lo compara con el consumo de hidrógeno en el país. Más aún teniendo en cuenta que con los 4.000 MW que planea instalar el Gobierno, se cubriría entre el 30-50% del total.

Sobre esta meta a 2030, el especialista comenta: “Creemos que es ambiciosa, pero también realista. Es factible que se puedan desarrollar entre 2.000 MW y 4.000 MW”.

Asimismo, el experto señala que hay “centenares” de solicitudes de proyectos relacionados al vector energético, que esperan recibir fondos europeos de Next Generation.

“Pero, creemos que la primera ola de proyectos de entre 5 o 10 MW, o incluso más grandes de 50 o 100 MW, será entre 2026 y 2027, habrá un crecimiento bastante grande”, subraya Revuelta.

Analizando el crecimiento de la tecnología en el futuro, el ejecutivo desestima que España pueda ser un exportador de hidrógeno para 2030. “Ni siquiera será autosuficiente para cubrir todo el consumo”. 

Siguiendo esta idea, el experto destaca que el país podría exportar cerca del 2040, cuando comience a tener excedentes.

Además, el especialista explica que no será hasta entonces que este vector energético pueda ser competitivo ante el hidrógeno gris, sin ayudas del Gobierno o subsidios.

“La misma situación se da con otros sectores, como el del petróleo, habrá que esperar a que el precio del CO2 se dispare, y que también se abarate el los electrolizadores”, recalca el experto.

En esta línea, Revuelta resalta la importancia de las subvenciones estatales, para mantener la sostenibilidad de la tecnología en los próximos años. Además, comenta que serán necesarias ayudas a la hora de modificar las infraestructuras de los nuevos consumidores.

Por ejemplo, indica que dentro de las próximas décadas la industria del hierro y acero será uno de los grandes demandantes de este vector energético, que a día de hoy utiliza hidrógeno gris en sus procesos.

“Pero para cambiar la infraestructura de estas plantas, tan monstruosamente grandes, tendrán que aparecer líneas de ayuda para la conversión de estas instalaciones”, agrega el especialista.

Y concluye: “La demanda de hidrógeno, necesita que sea barato. Pero, a su vez, la producción para ser barata, necesita de una demanda nueva. Y la mejor manera de resolver esto, es incentivando a ambas”.