La fase de recepción de proyectos para ser precalificados para su participación en la tercera subasta de renovables ha comenzado este 18 de octubre y quienes logren la calificación podrán presentar su oferta el 25 de octubre.
En esta ocasión, se van a subastar 520 MW repartidos en dos cupos, uno de 380 MW para instalaciones de generación de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables compuestas por una o varias de las tecnologías incluidas en los grupos solar termoeléctrica, hidroeléctrica (con concesión hidráulica), biomasa, biogás y otras tecnologías (geotérmicas, hidrotérmicas, aerotérmicas, olas, mareas, corrientes, etc.); y otro de 140 MW para instalaciones fotovoltaicas de generación distribuida con carácter local.
En diálogo con Energía Estratégica España, el Director de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (ANPIER), Rafael Barrera Morcillo, considera que estas subastas son necesarias para brindar estabilidad a los productores en el largo plazo.
No obstante, expresa que se mantienen expectantes al precio de reserva que demostrará cuán a favor está el Gobierno del desarrollo de la fotovoltaica de pequeña escala, lo que dará señales claras para el futuro.
En este sentido, el texto de la licitación especifica que el precio de riesgo, por encima del cual habrá de hacerse las pujas, se establece en 0,00 euros/MWh, mientras que el precio de reserva tendrá carácter confidencial, y será entregado al administrador de la subasta el mismo día de apertura del periodo de recepción de ofertas.
Barrera Morcillo manifiesta que frente a los desafíos que enfrentan estas escalas en el acceso y conexión a la red, es esencial una mejora en la legislación.
“Creemos que el Gobierno podría realizar un esfuerzo adicional para apoyar esta producción”, destaca el referente de ANPIER y comenta que podrían implementarse nuevas políticas públicas e incentivos fiscales para fomentar este segmento.
Para los integrantes de esta asociación que representa a los pequeños y medianos productores de la energía, el modelo se está inclinando por el desarrollo de las grandes empresas y reclaman un hueco para las PYMES.
La importancia de potenciar a estas pequeñas empresas radica esencialmente en el crecimiento de las economías regionales.
Además, es una forma de incorporar más MW fotovoltaicos sin necesidad de mayores infraestructuras para el transporte de la energía y, por su tamaño, se asimilan mejor en los entornos naturales.
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