El pasado 8 y 9 de febrero, Future Energy Summit Europe desarrolló el primer evento virtual del año con importantes ponentes y gran cantidad de espectadores del sector de las renovables. 

Durante el panel Eólica onshore: Oportunidades para el crecimiento del sector, fabricantes, desarrolladores y proveedores remarcaron diferentes propuestas que podrían hacer crecer su segmento. [Ver el video al final del artículo]

“Creo que la situación de mercado está mejorando y se puede mejorar el LCOE en cuanto a la logística y mantenimiento”, opinó Raquel Álvarez Segado, Directora de Compras para EU&LATAM, EDP Renewables.

La ejecutiva se refirió específicamente al inconveniente que resulta el requisito de definir en las primeras etapas de la tramitación la tecnología con la que se va a poner en marcha los parques eólicos. 

En este sentido, manifestó que pueden pasar entre tres y cinco años hasta que se consigue llegar a la evaluación previa a la Declaración de Impacto Ambiental. 

“Este es un período lo suficientemente largo como para que pueda ocurrir cualquier cosa con la turbina declarada, incluso que ya no se fabrique”, subrayó la referente de EDPR. 

Frente a este escenario existen tres caminos posibles: mantener la tecnología elegida, en el caso de que se continúe fabricando; intentar cambiar la turbina con alternativas del mismo rango o iniciar un proceso de re-tramitación. 

Esta última opción también representa un inconveniente ya que, en tal caso, habrá que estudiar primero si este cambio aplica a la denominación de cambio sustancial.

Es aquí donde existe una zona gris que no está bien definida en la normativa y, al mismo tiempo, es diferente en cada provincia y cada comunidad. 

Álvarez explicó que lo que suele ocurrir en estos casos es que el Gobierno solicite nuevamente ir a información pública, aumentando el plazo de tramitación en entre 6 y 8 meses, con la incertidumbre de  no saber inicialmente cuánto tiempo transcurrirá al fin. 

“Se puede cambiar la turbina? La respuesta es sí, pero debe haber un balance entre el plazo extra de tramitación y la rentabilidad del proyecto. No creo que sea una barrera, pero sí una ralentización del desarrollo del sector”, concluyó. 

Por ello, surge la necesidad de aumentar la flexibilidad en la tramitación para realizar el cambio de tecnología por productos más eficientes, menos costosos, permitiendo construir parques más modernos en el mismo plazo. 

Asimismo, la ejecutiva agregó que otras soluciones complementarias pueden ser evitar sumar pasos al proceso y unificar los criterios y procedimientos para agilizar la tramitación. 

Retos en la cadena logística

Tras una estabilización de la situación crítica de la cadena de suministro de los parques eólicos, quedan en evidencia otros retos a superar como las dificultades en la logística de la construcción de proyectos. 

Para analizar la situación, Álvarez comparó el trabajo que realiza para la construcción de plantas fotovoltaicas y eólicas. 

La complejidad de los materiales y piezas de los aerogeneradores hacen que el transporte -tanto por agua como por tierra- y el almacenamiento hasta la construcción, sean especiales y, por lo tanto, más costosos. 

Esto en la fotovoltaica no sucede, ya que sus piezas pueden transportarse en contenedores, lo que la convierte en una carga usual y masiva. 

No obstante, el principal foco de mejora que destacó la directiva de EDP Renovables, fue en los acuerdos con los fabricantes. 

“Mientras que en solar todos los fabricantes son muy flexibles a abrir las opciones de contrato, optimizando la logística y creando sinergias, en eólica los fabricantes tienen mayor resistencia a buscar alternativas y, aunque la matriz de responsabilidades será más compleja, no debe ser una excusa”, opinó Álvarez.