En 2024, la energía eólica generó el 20% de toda la electricidad consumida en Europa, marcando un paso significativo hacia la transición energética. Sin embargo, la construcción de nuevos parques eólicos se mantiene lejos de los objetivos necesarios para 2030, cuando la UE busca que el 34% de su electricidad provenga de esta fuente limpia. Según WindEurope, la UE construyó 13 GW el último año, menos de la mitad de los 30 GW anuales requeridos para alcanzar las metas climáticas.
“Europa no está construyendo suficientes parques eólicos nuevos por tres razones principales: la falta de implementación de normas de permisos de la UE, los retrasos en las conexiones a la red y el lento ritmo de electrificación”, afirma Giles Dickson, director ejecutivo de WindEurope. Según Dickson, resolver estos desafíos no solo garantizaría el crecimiento del sector, sino que también reduciría el costo de la energía, aumentando la competitividad industrial.
Los países clave en capacidad eólica instalada
En 2024, Alemania se consolidó como líder en capacidad eólica instalada con 3,1 GW nuevos, distribuidos entre proyectos terrestres y marinos. El país es un ejemplo de buenas prácticas en permisos, habiendo autorizado casi 15 GW de nuevos proyectos terrestres, un récord nacional. “El éxito de Alemania demuestra la importancia de implementar las normas de la UE en permisos. Otros países deben seguir su ejemplo”, señala Dickson.
España, otro actor destacado, sumó 813 MW de nueva capacidad eólica, según datos de Red Eléctrica. Aunque significativa, esta cifra está lejos del potencial del país, que cuenta con excelentes recursos eólicos.
En los Países Bajos, la capacidad eólica instalada asciende a 12 GW, de los cuales 5 GW corresponden a proyectos marinos y 7 GW a terrestres. Este equilibrio resalta su liderazgo en energía eólica marina, aunque se requieren mayores inversiones para alcanzar los objetivos de expansión.
Por su parte, Polonia cuenta con una capacidad terrestre de 10,5 GW, pero sin proyectos eólicos marinos operativos. Esto refleja un potencial desaprovechado en un país con un creciente interés por la transición energética.
Grecia alcanzó los 5,5 GW de capacidad eólica total, pero el crecimiento se ha desacelerado, sumando solo 100 MW nuevos hasta mediados de 2024.
Rumanía e Italia también han mostrado avances, pero enfrentan limitaciones similares relacionadas con la infraestructura y la burocracia. Detalles específicos de capacidad reciente en estos países destacan la necesidad urgente de armonizar esfuerzos en toda Europa.
Obstáculos estructurales: permisos, redes y electrificación
El proceso de permisos sigue siendo el principal cuello de botella para la expansión eólica en Europa. A pesar de las nuevas normativas vinculantes de la UE, muchos países no las han adoptado completamente. En contraste, países como Alemania han demostrado que la aplicación de estas normas puede acelerar significativamente el desarrollo de proyectos.
El acceso a las redes eléctricas también representa un desafío crítico. Más de 500 GW de capacidad eólica están actualmente en espera de conexión a la red. Ejemplos como el parque eólico marino Borkum Riffgrund 3, con 900 MW instalados pero sin conexión hasta 2026, reflejan la magnitud del problema.
Adicionalmente, Europa no está avanzando con la electrificación de sectores clave como movilidad, calefacción e industria al ritmo necesario. Actualmente, solo el 23% de la energía consumida en la UE proviene de electricidad, y esta cifra debe aumentar al 61% para 2050. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha solicitado un plan de acción para acelerar este proceso.
Inversión y perspectivas a futuro
Aunque las inversiones en energía eólica terrestre alcanzaron los 24.000 millones de euros en 2024, las cifras para proyectos marinos disminuyeron significativamente en comparación con años anteriores. Los acuerdos de compra de energía (PPA) muestran un fuerte apetito corporativo por la energía eólica, con 4 GW contratados en 2024, representando el 50% de los PPA renovables en Europa.
El camino hacia 2030 requerirá esfuerzos coordinados entre gobiernos y el sector privado para resolver los desafíos actuales. “La energía eólica no solo es una solución climática, también es clave para garantizar la seguridad energética y la competitividad de Europa”, concluye Dickson.
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