Según el estudio publicado el 5 de junio del 2022 «Los españoles, las energías renovables y la biodiversidad», promovido por ENGIE España y realizado por GAD3, el 81 por ciento de los españoles están preocupados por la conservación de la biodiversidad durante la revolución de las energías renovables.

En plena transición energética, la mayoría de la sociedad española percibe las energías renovables como fuente «buena» o «muy buena», afirmaciones respaldadas, en mayor medida por hombres (89%) que por mujeres (81%). Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias son las comunidades más partidarias de las energías verdes.

“Se han creado redes de apoyo opositoras a las formas de implementación de las renovables por una mala comunicación de los proyectos”, afirma Jordi Martínez, Socio fundador de Síntesi SL, en diálogo con Energía Estratégica España. 

Esta postura radica, principalmente, en la preocupación que existe por la magnitud de las instalaciones y por su ubicación, es decir por cómo estas afectarán el paisaje, si están en tierras de cultivos determinados, entre otros factores. 

Las malas reacciones en la sociedad se convierten en importantes perjuicios para las empresas que desean desarrollar sus proyectos. 

“Hay cierto miedo y desconocimiento por parte de los empresarios a contactar con los territorios y tienden a no hablar de lo que harán y esto da lugar a que las personas inventen las respuestas que no obtienen”, indica el ejecutivo. 

La buena reputación del sector energético es necesaria para los ciudadanos, ya que,  a pesar de que se cuente con contratos públicos con el estado u otros países, la gran mayoría de los consumidores son los propios clientes.

Según Martínez, en todas las Comunidades Autónomas hay importantes conflictos respecto a las renovables y menciona que “el 90 por ciento de los proyectos tienen un rechazo social importante por tener un mal relato”. 

En este sentido, aclara que el norte de España tiene mayor cultura opositora a los proyectos de infraestructura en general, a diferencia de las comunidades sureñas que ven estas iniciativas como algo más novedoso y positivo. 

Asimismo, explica que hay una mayor aceptación de lo solar que de lo eólico porque se percibe una mayor invasión del paisaje.

Para posicionar el status social será necesario establecer un vínculo de confianza y conocimiento que solo será posible dando información transparente, advierte el líder de la consultora en comunicación. 

Para lograrlo, indica tres claves fundamentales: identificar adecuadamente los interlocutores de cada localidad para consultar sobre cuál es el mejor espacio para ubicar el proyecto, las necesidades e intereses de las personas que allí viven; escuchar activamente y establecer qué relación pretende la comunidad con la compañía; y por último, un relato bien elaborado que explique claramente los beneficios del territorio y su repercusión. 

“Esta es una situación que se puede revertir a través de la escucha activa de la sociedad. Nosotros decimos que un proyecto solo será viable si lo entiende y lo comparte el entorno local”, concluye Martínez.