La Asociación Empresarial Eólica (AEE) presentó hoy las cifras de la nueva potencia eólica instalada en 2021 en el marco de la jornada ‘La Eólica y el Mercado’, un análisis de la integración económica de esta tecnología en el suministro eléctrico.
La potencia eólica instalada en España alcanzó los 28.138,1 MW con 842,61 MW nuevos en 2021. En relación a la aportación de las tecnologías renovables, la eólica ha aportado el 49,23% del total, siendo la primera tecnología de las renovables, seguida de la hidráulica (26,19%) y la fotovoltaica (16,88%).
En España, la energía eólica tiene presencia en prácticamente todas las comunidades autónomas, exceptuando Madrid, Ceuta y Melilla. Durante 2021, las comunidades autónomas que más eólica han instalado han sido Aragón (275,7 MW), seguida de Castilla y León (155,4 MW), Asturias (126 MW), Canarias (104,4 MW), Galicia (68,9 MW), Castilla-La Mancha (68,7 MW) y Andalucía (43,5 MW). Por su potencia eólica total instalada, Castilla y León se mantiene en primer lugar con 6.403 MW, seguido de Aragón (4.435,4 MW) y Castilla-La Mancha (3.954 MW).
En total, en España hay 1.298 parques eólicos, con 21.574 aerogeneradores instalados. Contamos con más de 250 centros de fabricación presentes en dieciséis de las diecisiete comunidades autónomas. En relación a la potencia total instalada acumulada en España, los fabricantes de aerogeneradores que lideran el ranking son Siemens Gamesa, Vestas, GE, Nordex-Acciona WindPower y Enercon. España cuenta con el 100% de la cadena completa de suministro dedicada al mercado nacional y a la exportación.
Las cinco empresas promotoras que más MW eólicos han instalado a lo largo de 2021 han sido Iberdrola, Copenhagen Infraestructure Partners (CIP), Arjun Investment Partners, EDPR y Enel Green Power.
España se sitúa como noveno país en el ranking de países que mayor potencia eólica han instalado en Europa en 2021. Actualmente, la energía eólica en Europa produce más del 18% de la electricidad que se consume en el continente y la potencia eólica instalada se concentra en cinco países, siendo España el segundo país con mayor potencia eólica.
En enero de este año, la eólica ahorró 849 millones de euros al consumidor en España. Un nuevo aerogenerador de 5 MW, que funciona 3.000 horas equivalentes al año, evita la importación de 30.000 MWh térmicos de gas, lo que al un precio de referencia de 200 €/MWht, supone 6 millones de euros de ahorro para el consumidor.
Por cada aerogenerador que no se instala a tiempo, se pierde la oportunidad de sacar del pool energía fósil y dedicar esos 6 millones de euros al conjunto de la economía española. Además, se pierde la oportunidad de generar empleo para la construcción de los parques y la fabricación de los componentes.
Tecnología clave para la Transición Energética y la reducción de la dependencia de la importación de energía en España
La eólica ha demostrado que es una pieza fundamental para la defensa de la competitividad de la economía española y para la creación de un nuevo modelo económico más independiente del exterior. Al reto de seguir avanzando en la transición energética, se ha unido el de reducir la dependencia energética de la UE. El sector eólico en España está preparado para aportar todo su potencial ante estos retos.
La coyuntura de los precios desbocados de los principales productos energéticos fósiles, y su efecto sobre el precio de la electricidad en el mercado mayorista, hace que los países en la UE deban adoptar medidas conjuntas y consensuadas.
“Debemos acelerar sin fisuras la implantación de renovables, siempre desde el absoluto respeto ambiental y maximizando los beneficios en los territorios. La tramitación administrativa es uno de los principales caballos de batalla. Debemos ser capaces de cumplir con lo establecido en la Directiva de Renovables, es decir, poder tramitar una instalación nueva en 2 años y una instalación repotenciada en 1 año. Los países europeos debemos sumar fuerzas y priorizar el ‘permitting’ como asunto crítico para nuestra resiliencia energética, económica e industrial”, destaca Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica.
De igual modo, “hay que mantener los entornos de confianza para la inversión ya conseguidos durante estos años en Europa. Las empresas eólicas tienen vocación de largo plazo y siempre han valorado como principales pilares, para el avance hacia los objetivos de descarbonización, la estabilidad regulatoria, la seguridad jurídica y la atracción de inversores hacia entornos de confianza. Los tres están íntimamente relacionados, más aún, son causa-efecto el uno del otro. Actualmente lo que más necesitamos es apostar de forma decidida por esquemas de atracción de inversión en tecnologías de descarbonización, aprovechando nuestras propias capacidades, para que nos hagan menos dependientes de la geopolítica internacional de la energía” afirma Juan Diego Díaz, presidente de AEE.
Por otro lado, la situación de la industria eólica – de nuestras fábricas de componentes y aerogeneradores – es uno de los retos más importantes en Europa. La industria eólica se enfrenta a uno de los periodos más decisivos de su historia al estar directamente afectada por la insuficiente velocidad en la instalación de parques eólicos, junto con el aumento de los costes y de los plazos en la logística, los componentes y las materias primas.
La integración económica de la eólica en el suministro eléctrico
El desarrollo futuro de la energía eólica está marcado por los factores que se analizan en la jornada de AEE ‘Eólica y Mercado: La integración económica de la eólica en el suministro eléctrico’.
Una de las temáticas que se tratarán se centra en el comportamiento del mercado donde se reflexionará sobre su posible evolución a corto y medio plazo.
En relación a la eólica offshore, tema que también se analizará, tenemos un momento de oportunidad que hay que aprovechar como país.
Una vez aprobada la Hoja de Ruta de la eólica marina y energías del mar, ahora toca aprobar una ordenación del espacio marino que sea coherente con los objetivos de la misma, llegar a 3 GW de potencia eólica marina en 2030.
Igualmente, es esencial desarrollar con agilidad toda la regulación necesaria, y diseñar y planificar las subastas. Los inversores, la industria y, en general, toda la cadena de valor, necesitamos visibilidad clara sobre las zonas marinas objeto de concurrencia, los volúmenes de potencia eólica a desarrollar y sus fechas estimadas.
Otro de los temas es el diseño de las subastas renovables, que han evolucionado estos años y van en la buena dirección, pero aún quedan aspectos por mejorar y perfeccionar en su diseño. “Desde el sector eólico defendemos que se deben adaptar para cumplir sus objetivos, aprendiendo de los resultados obtenidos.
Las subastas deben mantener los cupos por tecnología y no enfocarse simplemente a precio, debiendo maximizar la eficiencia en el uso de las redes, maximizar la producción, la capacidad de sacar la máxima cantidad de energía cara del pool, el beneficio para los entornos locales, etc.
Así lo entiende la Comisión Europea que permite que las nuevas subastas incorporen hasta un 30% del peso de la adjudicación enfocado a criterios diferentes al puro precio. Por tanto, ya estamos habilitados para diseñar subastas multicriterio que extraigan el máximo valor de cada tecnología”, destacó Juan Diego Díaz, presidente de AEE, en la inauguración de la jornada.
Carmen Becerril, presidenta del Grupo OMI, ha participado en la inauguración de la jornada. En su intervención ha analizado el funcionamiento del mercado eléctrico europeo y las medidas propuestas por la Comisión Europea del pasado 8 de marzo.
En este contexto, Becerril comentó que “es tiempo de mantener más que nunca nuestra integración de mercados y de apelar a la cooperación entre todas las partes para acelerar la mayor presencia de renovables en el mercado eléctrico”.
La jornada ‘Eólica y Mercado’ cuenta con el patrocinio VIP de EDP Renewables, Endesa, Greenalia, Hitachi Energy, Iberdrola, Naturgy, Repsol, Siemens Gamesa y Vestas; y como patrocinadores colaboradores con Axpo y RWE.
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