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octubre 31, 2022
Fusión nuclear y renovables. En qué etapa se encuentra el mega proyecto que revolucionaría al sector energético
En una entrevista para Energía Estratégica España, el equipo que está detrás del proyecto ITER precisa en qué consiste la iniciativa, qué grado de desarrollo ha alcanzado y cuándo podría ser una realidad esta tecnología. ¿Podría complementarse con las renovables?

Fusion for Energy (F4E) es la organización de la Unión Europea que gestiona la contribución europea al proyecto ITER. Se trata de un experimento científico que se está construyendo en Cadarache, en el sur de Francia, para avanzar hacia un mayor conocimiento técnico de la energía de fusión.

Para conocer más en detalle la iniciativa, Energía Estratégica España dialogó con el equipo que la lidera.

¿Qué es Fusion for Energy (F4E)?

La energía de fusión es aquella que genera el Sol de forma natural: en su núcleo, a 15 millones de grados, se unen átomos de hidrógeno, formando helio y liberando una gran cantidad de luz y calor.

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Para traer la fusión a la Tierra, necesitamos un tokamak, máquina que usa campos magnéticos para encerrar un plasma supercaliente con los átomos de hidrógeno a fusionar (concretamente, deuterio y tritio). Si en el núcleo del Sol 15 millones de grados son suficientes para realizar la fusión, en un tokamak como ITER necesitamos 150 millones, porque no contamos con la enorme presión producida por la gravedad del Sol.

ITER es el mayor experimento de fusión hasta la fecha. Los diferentes países que participan en él aportan su contribución en especie: Van entregando las piezas de la máquina a la ITER Organization, y esta las va coordinando para montar el puzzle completo, por así decirlo.

F4E engloba a los 27 países de la UE, y se encarga de prácticamente la mitad del proyecto. Las otras partes, que son China, Corea del Sur, EEUU, India, Japón y Rusia, se encargan de la otra mitad, a partes iguales.

En el período 2007-2021, F4E ha invertido más de 7600 millones de euros, destinados principalmente a firmar contratos con la industria para fabricar los componentes de ITER. El objetivo del proyecto es producir un plasma supercaliente que, fruto de la fusión de deuterio y tritio, genere más calor del que recibe de los sistemas de calentamiento.

¿Actualmente en qué fase se encuentra el proyecto y cuáles son los hitos que esperan que se den en los próximos años?

Se calcula que ya hemos superado el 85% de la infraestructura que es necesaria para el primer hito del proyecto y el 75% de los requisitos (tanto en construcción como fabricación) para la primera fase de operación. Es importante destacar que ITER no va a producir energía neta para la red eléctrica, es un paso previo a los reactores de fusión.

¿Y cuáles son los puntos críticos que detectan para su avance en la escala que desean?

Este es un proyecto muy complejo, en el que se están diseñando y fabricando componentes completamente únicos. Esto supone un reto para nuestros equipos, nuestros proveedores, etc.

Como se pueden imaginar, a nivel de gestión, ITER también es muy complejo: contamos con la Organización ITER, las agencias domésticas que representan a cada país, diferentes contratistas, subcontratistas. También, tenemos que cumplir requisitos muy exigentes, y con razón, puestos por la Agencia de Seguridad Nuclear de Francia.

¿La viabilidad de la fusión nuclear aún se encuentra en análisis o ya se puede considerar que esta tecnología, tarde o temprano, será una realidad para las economías del mundo?

Llevamos muchos años trabajando en fusión, no solo desde ITER, sino también con otros experimentos más pequeños, como JET, ASDEX, etc. y, aunque siempre nos preguntan “¿cuándo llegará la fusión?”, lo cierto es que vamos realizando progresos con respecto a la energía del plasma, el tiempo que somos capaz de mantenerlo estable, etc.

Dicho esto, ITER trata, precisamente, de ver si somos capaces de generar un plasma caliente, condición indispensable para poder afirmar con rotundidad que la fusión puede ser una energía de uso habitual en nuestras economías.

Si debieran apuntar a una década en concreto, ¿cuándo consideran que esta tecnología se utilizará de manera masiva en el planeta, es decir, será sumamente competitiva frente a otras alternativas?

Es aún prematuro hacer ese tipo de predicciones. Sí podemos decir que, después de ITER, llegará el primer prototipo de reactor, DEMO. A día de hoy, el inicio de las operaciones con DEMO se prevé para la década de 2050.

Finalmente, ¿existe la posibilidad de que la fusión nuclear desplace completamente a otras fuentes hoy muy en auge, como la eólica o solar fotovoltaica, o convivirá con ellas?

Como ustedes saben, las energías eólica o fotovoltaica tienen el defecto de que dependen de condiciones meteorológicas, son fuentes de energía intermitentes.

Si solo tenemos este tipo de energías, de vez en cuando necesitaremos inyectar energía proveniente de otras fuentes para mantener la estabilidad de la red eléctrica.

En este sentido, la fusión podría ser un muy buen complemento de estas energías renovables. Y la Unión Europea apuesta por una cesta energética que es amplia, sostenible y segura para combatir el cambio climático y su dependencia energética.

¿Y respecto del hidrógeno?

Esta es aún más difícil que la anterior, porque si bien la eólica o la solar fotovoltaica son energías ya bastante desplegadas, al hidrógeno le pasa como a la fusión: aún estamos investigando su viabilidad. Así que de momento solo cabe la prudencia y seguir trabajando para que estas nuevas energías sean una realidad más pronto que tarde.

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