El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de Italia actualizado y enviado a la Comisión Europea plantea el objetivo de 28 GW de energía eólica, de los cuales 2 GW son de eólica offshore.
Actualmente en Italia hay instalados 12,5 GW de potencia eólica, según afirman desde la Associazione Nazionale Energia del Vento (ANEV), por lo que señalan que es necesario “más que duplicar la potencia eólica instalada en los próximos 5 o 6 años”.
Sin embargo, Davide Astiaso García, secretario general de ANEV, señala que las expectativas aún son favorables en cuanto a la posibilidad de cumplir con los objetivos del PNIEC ya que existen potencialidades tanto en términos de recurso eólico como de desarrollo industrial.
“Es necesario que las instituciones no obstaculicen a las empresas y el crecimiento industrial con disposiciones contrarias al desarrollo, como se ha hecho recientemente con algunos proyectos de ley nacionales y regionales, sino que brinden a Italia la posibilidad de ser líder en el sector y no perseguir a otros países, perdiendo riqueza económica, competitividad y puestos de trabajo, como ya ha sucedido en el pasado en otros sectores”, señala Astiaso García en diálogo con Energía Estratégica España.
Desafíos del sector
Desde la asociación italiana señalan que la tecnología eólica es madura y el costo de la energía producida a partir de esta fuente es más bajo que el de las fuentes tradicionales, lo que se vuelve una apuesta atractiva ya que genera costos más bajos para empresas y ciudadanos, independencia energética y sin emisiones de gases de efecto invernadero.
A pesar de ello, el secretario de ANEV asegura que todavía hay desafíos para afrontar como la parte regulatoria y social
“En estos 25 años de la tecnología, el crecimiento del sector ha sido desigual, principalmente debido a ralentizaciones causadas por un marco regulatorio con demasiada burocracia, a menudo incoherente con los objetivos de descarbonización establecidos a lo largo de los años por los mismos gobiernos italianos”, manifiesta.
“Además, caracterizado por una incertidumbre normativa, tanto en el espacio (debido a disposiciones regionales desalineadas) como en el tiempo que han ralentizado su desarrollo y las consiguiente repercusiones positivas en nuestro país, principalmente en términos de crecimiento industrial, nuevos puestos de trabajo, independencia energética, lucha contra la crisis climática, así como en la reducción y estabilización del precio de la energía, como confirman los aumentos y fluctuaciones de los últimos años debido a la fuerte dependencia que aún tenemos de las fuentes fósiles” agrega.
Por otro lado, hace hincapié en la necesidad de trabajar en la parte social ya que hay quienes tienen visión de la eólica que “no corresponde con la realidad a menudo debido a información inexacta que circula en nuestro país”.
“A veces por ignorancia, pero quizás también difundida intencionadamente por quienes querrían ralentizar la transición energética, creando debates inútiles y confusiones tanto en las instituciones como entre los ciudadanos”, explica.
Y agrega: “Tomo como ejemplo las numerosas voces inexactas que han circulado sobre la energía nuclear en Italia en relación con los posibles costos y tiempos de realización de esta tecnología en nuestro país, mencionadas, lamentablemente, a veces incluso por ilustres representantes institucionales”.
Eólica offshore
Actualmente en Italia hay 30 MW de potencia eólica offshore, provenientes de un proyecto “near shore” frente al puerto de Taranto que según señalan desde ANEV fue el primero en operación en el Mediterráneo y que ha requerido “un tiempo desproporcionado para ser autorizado y realizado”.
“Las potencialidades de nuestros mares son, sin embargo, elevadas, tanto para las instalaciones con fundaciones fijas, bottom fixed, como especialmente para los proyectos de eólica offshore flotante, gracias al desarrollo de esta última tecnología en los últimos años, que abre la puerta al aprovechamiento del recurso eólico en mares italianos a profundidades mayores y, por lo tanto, a mayor distancia de las costas”, manifiesta el secretario de ANEV.
Además, señala que hay una gran cantidad de proyectos en curso y solicitudes de conexión a la red que ha recibido Terna en los últimos años es prueba de ello.
Según un relevamiento realizado por Energía Estratégica España, hasta junio había dos proyectos eólicos marinos en tramitación ambiental que sumaban 1850 MW.
Astiaso García asegura que las perspectivas para esta tecnología son buenas y que se espera que ocupe un papel protagónico en la producción de energía renovable en Italia.
“Sin embargo, es necesario que las instituciones acompañen el crecimiento tecnológico de la energía eólica offshore, que, evidentemente, tiene una madurez aún muy inferior a la de la eólica terrestre y, por lo tanto, conlleva costos de producción mayores, que sin embargo están destinados a disminuir en los próximos años gracias también a las inversiones de las empresas, que están acelerando su desarrollo como en todos los sectores tecnológicos innovadores prometedores”, apunta.
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