Desde el sector de la eólica marina se mantienen a la expectativa de que el Gobierno publique el borrador del marco normativo que brinde estabilidad, claridad y oportunidades para el desarrollo sostenible del mercado, al tiempo que fomente la participación y la innovación en el sector.
Aunque la Secretaria de Energía, Sara Aagesen, en el Segundo Foro Eólico Marino, había asegurado que el borrador del documento iba a ser publicado antes de que finalice diciembre, no se ha cumplido la promesa.
Teniendo en cuenta que la construcción de los parques eólicos marinos flotantes tienen una duración de unos 7 a 11 años, el retraso impediría el cumplimiento de los objetivos propuestos en la Hoja de Ruta y en el PNIEC de poner en marcha 3 GW en alta mar.
En este sentido, en diálogo con Energía Estratégica España, diferentes referentes del sector han manifestado que no entienden el sentido de la baja velocidad que tiene el desarrollo del mercado, ya que no solo tienen que ver con la subasta, sino con todo el recorrido realizado hasta el momento.
Cabe recordar que los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo debían ser publicados dos años antes de finales de febrero del 2023, cuando finalmente fueron oficializados, luego de meses de trabajo con los stakeholders en reuniones para establecer acuerdos.
Sin embargo, aunque se redujo a un 1,5% el espacio habilitado para la offshore, el documento final no cumplió con las expectativas de algunos grupos (sobre todo del sector pesquero y ambientalistas) quienes presentaron a la justicia amparos para imponerse a la construcción de parques en algunos de los sectores por el impacto en la actividad y el paisaje.
Pese a ello, desde el sector afirman que los POEM siguen activos y se puede continuar trabajando en base a sus zonificaciones.
En este sentido, y frente a la posibilidad de que fuera un problema del estado de infraestructura de la red eléctrica para distribuir la energía producida por los parques eólicos marinos, referentes de distintas compañías negaron rotundamente este aspecto.
Manifiestan que actualmente la red estaría preparada para soportar esta nueva energía y la construcción de las subestaciones estaría a cargo de los desarrolladores de cada proyecto por lo que no sería tampoco un problema de inversión.
No obstante, el mayor reto al que se enfrenta el mercado, tal como lo afirman a este medio, es la falta de demanda y de tecnologías de almacenamiento que den sentido a esta producción que significa cuatro veces el coste de la eólica terrestre, aunque se espera que en los próximos años alcance los 40 €/MWh.
Y, por más que la demanda eléctrica nacional experimentó en diciembre un aumento del 3,8% con respecto al mismo mes del año anterior, una vez descontados los efectos de temperatura y laboralidad, España registra -7,56% respecto al 2019 y -2,15% al 2020.
Estos datos extraídos de Red Eléctrica España, reflejan la imperante necesidad de electrificar las industrias y grandes consumidores para poder encontrar los compradores de esta energía.
Es en este aspecto en el que cobra sentido una primera subasta en las Islas Canarias, donde el precio de la energía consumida es más alto y justifica la inversión en esta tecnología, sumado al esfuerzo público-privado realizado para contar con el apoyo de la comunidad.
De hecho, recientemente, el pleno del Cabildo de Gran Canaria ha instado al Gobierno de España a que agilice los trámites para sacar a subasta pública la instalación de la eólica marina en aguas de la isla, y al Ejecutivo autonómico a que constituya una comisión mixta para que haga un seguimiento.
Dudas por el retraso
No obstante, señalan que “no se explica por qué un sector que ha participado en la construcción de la mayoría de los parques eólicos marinos, incluso flotantes, en el resto del mundo, pretende establecer parques experimentales demorando el aprovechamiento de esta experiencia en un mercado español”.
De la misma manera, se espera que en el marco normativo no se promueva una subasta experimental, sino se garantice un calendario previsible donde los grandes players puedan hacer las primeras inversiones necesarias para “la patada inicial” y que luego la economía de escala permita la reducción de los costes y la participación de nuevos actores.
También deberán definirse los criterios financieros y no financieros de las licitaciones, así como la naturaleza de lo que se adjudicará: derechos de explotación, superficie marina disponible, acuerdos de compra de energía y puntos de conexión.
Según los anuncios de la Ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera, se está trabajando para que el diseño de la subasta sea integral, de manera que en una sola licitación se asignen todos estos aspectos.
En numerosas ocasiones la funcionaria apoyó el interés por desplegar la eólica marina en España, ya que la considera fundamental para dar mayor estabilidad de suministro a la red y abastecer a los grandes consumidores.
Sin embargo, desde el gobierno no se han pronunciado por el nuevo retraso del lanzamiento del marco normativo para el mercado offshore aunque sí hacen eco de la frase que es transversal a estas discusiones: “Somos conscientes de que es un tren que no podemos dejar pasar”.
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