En 2024, la demanda eléctrica en España alcanzó los 247.038 GWh, lo que representa un crecimiento del 1,4% frente al año anterior, según datos de Red Eléctrica de España (REE).
Sin embargo, esta recuperación no es suficiente para cumplir con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que prevé una electrificación más agresiva en sectores clave.
“Es buena señal que la demanda crezca, pero la demanda industrial todavía está débil. Para cumplir los objetivos del PNIEC, la demanda eléctrica debería crecer mucho más”, explica Fernando Vivas, Director de Desarrollo de Negocio de Adelanta Energía.
En diálogo con Energía Estratégica España, el analista propone revisar la fiscalidad de la electricidad e introducir incentivos para electrificar sectores como el transporte y la calefacción.
Asimismo, subraya la necesidad de medidas que permitan a la industria intensiva competir en igualdad de condiciones dentro de Europa.
A cierre de 2024, los precios eléctricos finales para los grandes consumidores se situaron en 63,59 €/MWh, lo que representa un 193% más que en Francia, donde el coste fue de 21,72 €/MWh, y un 78% más que en Alemania, donde alcanzó los 35,64 €/MWh.
Uno de los factores que explican esta diferencia es el acceso a contratos más competitivos en otros países.
“Reducir trabas a los PPAs y mejorar la fiscalidad es crucial para que la industria intensiva recupere su actividad”, puntualiza.
El impacto del contexto económico y geopolítico
Por su parte, Kim Keats Martínez, Director de K4K Training & Advisory y EKON Strategy Consulting, observa que el aumento de la demanda eléctrica refleja la fortaleza económica de España, incluso en comparación con otros países europeos.
“La economía española va bien y probablemente el aumento de la demanda lo refleja, incluso excluyendo el impacto del autoconsumo”, afirma en diálogo con este portal.
El experto destaca que, aunque este crecimiento podría continuar en 2025, persisten incertidumbres geopolíticas que podrían afectar la tendencia, como las políticas de Trump en Estados Unidos o los conflictos en Ucrania y Medio Oriente.
El curtailment: un desafío técnico y económico
Ambos expertos coinciden en que el curtailment seguirá siendo un desafío crítico. Según datos de REE, en 2024 se registraron más de 850 horas con precios mayoristas de electricidad nulos o negativos, lo que indica una sobreoferta de generación renovable en ciertos períodos.
Esta situación llevó a que una cantidad significativa de MW quedara fuera del mercado, afectando los ingresos esperados por los productores de energía renovable.
Aunque no se dispone de una cifra exacta del porcentaje de vertidos para todo el año 2024, se estima que este fenómeno se ha mantenido en torno al 2% de la producción renovable total.
Vivas explica: “El curtailment técnico aplica sólo en algunos nudos de la red, pero los vertidos económicos serán inevitables sin un incremento de la interconexión con Francia y más capacidad de almacenamiento”.
Además, señala que estos vertidos suelen coincidir con precios de electricidad muy bajos, lo que dificulta la rentabilidad de las renovables.
Por su parte, Keats Martínez agrega: “El curtailment está aquí para quedarse. Incluso en un mercado en equilibrio, las renovables tendrán periodos en los que no podrán vender su energía o lo harán a precios muy bajos”.
Según sostiene, aunque las baterías BESS son una solución parcial, la capacidad del mercado para absorber renovables dependerá del crecimiento de la demanda.
Hacia una solución integral
Para mitigar estos desafíos, los expertos sugieren una serie de medidas clave:
- Incrementar incentivos para electrificar sectores como transporte y calefacción.
- Revisar la fiscalidad para aliviar los costos de la industria intensiva y fomentar PPAs.
- Fortalecer las interconexiones internacionales y la capacidad de almacenamiento para gestionar las renovables.
- Acelerar la implementación de tecnologías avanzadas que aporten flexibilidad al sistema eléctrico.
En palabras de Vivas, “Mientras no se implementen estas soluciones, tendremos que acostumbrarnos a los vertidos económicos, especialmente en horas de fuerte producción solar”. Keats Martínez concluye: “El tamaño del mercado será clave para determinar cuánto puede absorber el sistema y garantizar el éxito de la transición energética”.
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