El curtailment se ha convertido en un obstáculo significativo en la transición energética de Grecia, reflejando los retos de un sistema eléctrico que enfrenta un crecimiento acelerado en energías renovables. En 2024, cerca de 900 GWh de energía verde fueron restringidos, representando aproximadamente el 3.5% de la generación total renovable del país, según indica Stelios Psomas, experto en energía y sostenibilidad, en diálogo con Energía Estratégica España.
“Estas restricciones se deben al exceso de oferta de energía renovable, principalmente en los meses de marzo y octubre, cuando la demanda es baja. Este parece ser el mayor problema actualmente. Dado que las interconexiones son limitadas, el Operador del Sistema debe reducir la generación de energía”, asegura Psomas.
La congestión de la red y el ritmo insuficiente de las mejoras en la infraestructura son problemas destacados. El especialista subraya que, aunque los operadores están trabajando para fortalecer la red, el progreso no es acorde a las necesidades reales.
Sin embargo, señala que el gobierno está tomando medidas para abordar estos problemas, incluyendo el fortalecimiento de la red, la mejora de las interconexiones y la aceleración de las aplicaciones de almacenamiento.
Otro de los puntos que preocupa al sector renovable europeo en general es el de los precios de la energía bajos, e inclusive negativos. En 2024, Grecia solo enfrentó 11 horas de precios negativos. Sin embargo, esto podría cambiar debido a modificaciones en algunas reglas del mercado, según apunta Psomas.
El almacenamiento como clave para el sector
El almacenamiento de energía emerge como una solución crucial para mitigar el curtailment y equilibrar la oferta y la demanda en el sistema eléctrico. Actualmente, hay un gran interés por esta tecnología en Grecia, ya que se han presentado solicitudes por 79 GW de capacidad de almacenamiento (255 GWh), según apunta el especialist.
Además, en 2024 se realizaron dos rondas de subastas por 700 MW de baterías, que estarán operativas para 2026. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (NECP por sus siglas en inglés), el país prevé alcanzar 4.3 GW de almacenamiento en baterías y 1.75 GW mediante bombeo para 2030. Sin embargo, desde la asociación de energía fotovoltaica de Grecia (HELAPCO) estima que el potencial real podría superar los 8 GW en baterías para esa fecha.
Cabe recordar que desde HELAPCO, aseguran que se necesitan entre 7,5 GW y 8 GW de almacenamiento para resolver el problema ya que, según estudios realizados en el país, por cada GW de sistema de baterías stand alone (BESS) los vertidos se reducen entre 0,62 y 1,18 TWh, dependiendo de la capacidad.
Expectativas para 2025 y los objetivos del NECP
A pesar de los desafíos, Psomas asegura que las expectativas para 2025 son optimistas ya que “las medidas necesarias para mantener la tendencia están en marcha para los próximos meses”.
Se proyecta que sea un año récord para las energías renovables, especialmente en el sector fotovoltaico, que ya ha conectado más de 9 GW a la red. Grecia está en camino de alcanzar su objetivo de 13.5 GW solares en 2026, cuatro años antes de lo planeado en el NECP. Además, HELAPCO anticipa que el país pueda superar los 20 GW de capacidad instalada para 2030.
En cuanto a la energía eólica, las instalaciones actuales rondan los 5.5 GW. El NCEP prevé 8.9 GW de energía eólica terrestre y 1.9 GW de energía eólica marina para 2030. Dado que aún no hay parques eólicos marinos operativos, el sector espera que entren en funcionamiento después de 2032.
Actualmente el país ha logrado una participación superior al 50% de fuentes de energía renovable (FER) en la demanda de electricidad. Este porcentaje se reparte casi equitativamente entre la energía eólica y la solar, cada una con una participación de entre el 23% y el 25%. El resto corresponde a energía hidroeléctrica y biomasa.
El NECP establece una meta de un 76.8% de participación renovable en la demanda eléctrica para 2030, liderada por la energía fotovoltaica y eólica.
Sin embargo, Psomas enfatiza que para alcanzar estos objetivos, el mercado debe adaptarse a nuevos modelos de negocio. Esto incluye enfrentar más restricciones, lidiar con precios negativos y gestionar proyectos sin subsidios, en un entorno de mayores riesgos. Pero asegura que “el clima político es favorable a las renovables y los fundamentos garantizan un desarrollo continuo”.
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