El hidrógeno renovable se posiciona como un elemento esencial en la transición energética de la Unión Europea. Sin embargo, el lento progreso del mercado, los elevados costos de producción y los desafíos regulatorios amenazan los ambiciosos objetivos de alcanzar 20 Mt de consumo en 2030.
Según el reciente informe de la Agencia Europea de Cooperación de Reguladores de Energía (ACER), el mercado de hidrógeno en Europa está avanzando, pero su desarrollo «sigue en una fase inicial y enfrenta barreras críticas», desde la infraestructura hasta la regulación.
Un mercado fragmentado con ambiciones dispares
Europa ha establecido un objetivo estratégico de 20 Mt de hidrógeno renovable para 2030, de los cuales 10 Mt deberán ser importados. Sin embargo, los avances actuales no reflejan esa ambición. En la actualidad, el consumo de hidrógeno en la UE asciende a 7,2 Mt, de los cuales 99,7 % proviene de combustibles fósiles, lo que contrasta con la visión de descarbonización del bloque. Según el informe de la Agencia Europea de Cooperación de Reguladores de Energía (ACER), «el mercado de hidrógeno en Europa avanza lentamente y enfrenta barreras críticas que dificultan su consolidación como pilar energético».
La producción mediante electrólisis, que es clave para el hidrógeno renovable, es prácticamente insignificante, con solo 22 kt producidos actualmente. Además, la capacidad instalada de electrolizadores apenas supera los 200 MW, mientras que para cumplir con los objetivos de la estrategia de hidrógeno de la UE, esta capacidad debería alcanzar los 40 GW en 2030.
Los países miembros tienen objetivos muy diversos en cuanto al desarrollo de infraestructura de hidrógeno. España y Alemania lideran con metas de 12 GW y 10 GW de electrolizadores instalados para 2030, respectivamente, seguidos de Francia (6,5 GW) y Portugal (5,5 GW). Sin embargo, la falta de alineación entre las estrategias nacionales y la visión europea ralentiza el progreso general.
Costos y demanda: dos obstáculos significativos
Uno de los mayores desafíos para el hidrógeno renovable es su costo. Producir hidrógeno mediante electrólisis es actualmente entre tres y cuatro veces más caro que los métodos basados en gas natural. Este diferencial es aún mayor debido a las estrictas regulaciones de la UE sobre combustibles renovables de origen no biológico (RFNBO, por sus siglas en inglés), diseñadas para garantizar impactos netos de descarbonización. Estas diferencias de costos están generando dudas significativas entre los primeros inversores, quienes enfrentan riesgos elevados al tomar decisiones de largo plazo en un mercado aún incierto.
La demanda proyectada también plantea retos. Aunque sectores como la industria química y el transporte pesado ofrecen un potencial significativo para la adopción del hidrógeno renovable, su penetración sigue siendo lenta. Alemania, por ejemplo, ha proyectado una demanda de hasta 4 Mt para 2030, mientras que Francia espera alcanzar 0,77 Mt. Sin embargo, estas cifras se quedan cortas en comparación con las necesidades estimadas para cumplir con las metas globales.
Infraestructura y regulación: los pilares pendientes
La infraestructura necesaria para conectar las regiones de producción de hidrógeno con los centros de demanda es limitada y enfrenta una planificación insuficiente. Aunque se están planificando importantes proyectos de gasoductos y almacenamiento, la mayoría están aún en etapas iniciales. Además, la reutilización de las redes de gas natural para el transporte de hidrógeno, considerada como una medida para reducir costos, enfrenta desafíos técnicos y económicos. Según el informe de ACER, «estas decisiones requieren una evaluación minuciosa para garantizar que los beneficios superen los riesgos».
Desde el punto de vista regulatorio, la transposición del paquete de descarbonización del gas e hidrógeno a nivel nacional es clave para establecer un marco legal armonizado. Sin embargo, la implementación ha sido lenta, y ningún país miembro ha cumplido aún con esta obligación, cuya fecha límite es agosto de 2026. Países como Alemania y Dinamarca han avanzado en consultas regulatorias, pero el progreso es desigual en toda la UE.
El papel del hidrógeno bajo en carbono y las recomendaciones de ACER
En el corto plazo, el hidrógeno bajo en carbono, producido a partir de gas natural con captura de carbono, podría desempeñar un papel crucial para impulsar la demanda y reducir los costos iniciales. Sin embargo, esta solución no está exenta de críticas, ya que podría generar una dependencia prolongada de los combustibles fósiles y obstaculizar los esfuerzos de descarbonización a largo plazo.
ACER ha presentado recomendaciones específicas para abordar los desafíos del mercado. La agencia enfatiza la necesidad de acelerar la certificación de hidrógeno sostenible, mejorar la planificación integrada de las redes eléctricas e impulsar mecanismos de financiación más efectivos. También subraya la importancia de garantizar la transparencia en los costos y de adoptar una estrategia más integrada que conecte los sectores de hidrógeno, gas y electricidad.
A pesar de los desafíos, la UE confía en que el hidrógeno se convierta en un motor de la descarbonización en sectores como la industria y el transporte. «El éxito dependerá de la capacidad de superar los retos actuales y sentar las bases para un crecimiento sostenible», concluye ACER.
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