El impuesto temporal a las energéticas, que comenzó a aplicarse en 2023 sobre los balances 2022 y 2023, ha recaudado 1.164 millones de euros en el último año de los beneficios extraordinarios de las empresas, para aliviar el coste de la energía a los consumidores y financiar políticas públicas.
Sin embargo, su continuidad es incierta y provoca un efecto adverso en las inversiones de un sector clave en la transición energética, según han advertido los líderes de las empresas.
“De cara al futuro, la posible prolongación del impuesto plantea un escenario preocupante para las empresas del sector y sus inversores», destaca Jon Belda Sánchez, bróker especialista en avales para el sector público.
En diálogo con Energía Estratégica España, explica que el mercado percibe el gravamen como una medida que podría “mermar los flujos de inversión y solvencia económica”, afectando a las empresas de menor tamaño al polarizar la competencia en favor de aquellas con un mayor músculo financiero.
Algunas empresas energéticas han optado por intensificar sus estrategias de expansión en mercados internacionales como respuesta a la incertidumbre regulatoria y fiscal en España, tal como lo anunció el CEO de Repsol días atrás.
“Las empresas no pueden permitirse el riesgo de una carga impositiva impredecible que limite sus márgenes de beneficio”, indica el asesor.
Desempeño de las Principales Empresas Energéticas
Los valores de las energéticas han sido destacados en los últimos trimestres gracias a los sólidos resultados financieros.
- Endesa ha experimentado un aumento del 14,88 % en los últimos seis meses, alcanzando un valor de 19,69 EUR.
- Naturgy presenta un balance menos favorable, con una pérdida de 12,14 % en el último año, situándose en 23,30 EUR. A pesar de esta caída, sigue en positivo en el corto plazo con un aumento marginal del 0,34 % en las últimas semanas.
- Iberdrola, en contraste, ha reportado un crecimiento notable del 34,63 % en el último año, consolidando su valor en 14,02 EUR y demostrando el atractivo de las renovables y su enfoque en la sostenibilidad.
- Siemens Energy AG refleja el fuerte crecimiento de las energías limpias, con un aumento impresionante de 360,73 % en un año, alcanzando los 37,78 EUR por acción.
- Audax Renovables, impulsada también por el auge de las energías renovables, ha registrado un crecimiento de 65,74 % en el último año, alcanzando los 1,79 EUR por acción.
No obstante, la incertidumbre en torno al impuesto ha provocado cierta inestabilidad en el mercado de valores, generando un contexto en el que los inversores se muestran cautelosos ante posibles anuncios gubernamentales.
“Al final, se están creando escenarios que no inspiran la inversión en energías renovables, cuando, por sí solas, las energéticas son valores en alza”, expresa Belda.
A su parecer, la permanencia de esta tasa “mermaría los flujos de inversión y podría consolidar a las empresas más grandes, mientras que aquellas sin capital suficiente podrían enfrentarse a la venta o absorción”.
¿Un impuesto permanente?
Desde su implementación, el impuesto ha contado con el respaldo moderado de ciertos sectores, aunque la Cámara de España se ha pronunciado en contra de su permanencia, calificando la medida como perjudicial para el clima de inversión y la generación de empleo.
El Gobierno, sin el apoyo suficiente para consolidarlo como medida permanente, ha optado por mantenerlo en evaluación, mientras las empresas adaptan sus planes financieros y estrategias de dividendos para absorber su posible continuidad.
La posibilidad de una extensión del gravamen, según Belda, “podría polarizar el mercado”, favoreciendo a empresas grandes, con amplia capacidad financiera, que soportarían el impacto en sus márgenes de beneficio.
En contraste, compañías más pequeñas, sin el mismo músculo financiero, tendrían dificultades para seguir el ritmo, especialmente en sus inversiones en energía renovable y almacenamiento, dos áreas que hoy se perfilan como los pilares para el crecimiento del sector y la estabilidad del mercado.
De momento, la política fiscal y la evolución de los precios de la energía continuarán siendo elementos determinantes para el comportamiento del sector en bolsa.
La incertidumbre creada por este impuesto, sumada a un entorno de creciente demanda y expansión de las energías limpias, expone a las empresas a ajustes financieros en sus planes a largo plazo, especialmente en la distribución de dividendos y en la planificación de sus inversiones renovables.
“Con la consolidación de tecnologías de almacenamiento y la expansión de las energías limpias, el sector es visto como un valor seguro en el mercado», asegura el bróker.
Sin embargo, ante los desafíos fiscales, “el compromiso con la sostenibilidad debe acompañarse de un entorno regulatorio estable que permita seguir invirtiendo en renovables y, sobre todo, en nuevas tecnologías que fortalezcan al sector”.
La incertidumbre regulatoria plantea, así, un reto para las empresas energéticas que, a pesar de ser valores en alza y con buenos dividendos, requieren de un entorno fiscal seguro para seguir avanzando en la transición energética y poder contribuir de manera sostenida a la reducción de emisiones y el cambio hacia energías más limpias.
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