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septiembre 19, 2022
Opinión. Incentivar el almacenamiento como salida a la improvisación energética europea
En una columna de opinión elaborada en exclusiva para Energía Estratégica España, Abelardo Reinoso, Consultor y Analista Energético, hace una observación de las medidas impulsadas por la Comisión Europea, las cuales tilda de cortoplacistas. ¿Cuáles son los ejes a tener en cuenta?

“El objetivo es hacer de España una de las locomotoras a nivel europeo”, ha dicho Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno del Reino de España, en la inauguración del II Foro sobre Sostenibilidad organizado por el BBVA.

Durante la últimas semanas/meses estamos sufriendo una sobredosis de iniciativas y recetas de diversa índole y relevancia para el sector energético, tanto desde el Gobierno de España como desde la Unión Europea, con el objetivo final, al parecer, de subirlo todo a un tren que recorra el diverso territorio europeo.

Permítanme que muestre mi enorme escepticismo de que esta locomotora llegue, al final, a algún destino.

¿A qué se debe mi particular escepticismo, probablemente discutido por muchos lectores? Lo sintetizaría en dos motivos principales.

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El primero, y clave, para entender mi posición, es que en el mundo de la energía nadie ni nada se improvisa. Y este cúmulo de medidas y planes tiene una tremenda pinta de improvisación/urgencia.

El segundo: si se limita la energía, del modo que sea, se limita el crecimiento y el desarrollo de un país. Las medidas que se proponen desde la Unión Europea asumen que tenemos un problema de corto plazo. Nada más lejos de la realidad.

Se lanza/aprueba mucha regulación que es modificada a posteriori, con lo que se generan mensajes contradictorios que trasladan una seria inseguridad jurídica y una clara pérdida de credibilidad en las medidas y planes y, por su puesto, en las instituciones.

Se insiste en el mensaje de que “todo se soluciona instalando más renovables”, pero con ello no se elimina la dependencia de gas. Las renovables son necesarias, pero funcionan solamente un 30 % del tiempo, independientemente de la capacidad que se instale.

Recordemos que la potencia instalada renovable en España es de casi 50GW, sobre un total de 115GW, y el máximo histórico de potencia punta está en 45,4GW ¡el 17 de diciembre de 2007! (el pasado mes de agosto fue de 36,5GW).

Este mismo mes de agosto, con una potencia renovable de más del 50% del mix de generación, su aportación a la generación fue de algo más del 38%. Se necesita, entonces, un respaldo estable 24×7 para garantizar la cobertura de la demanda.

Si se sigue insistiendo en medidas que no garanticen una generación estable y de base, y se aumenta la generación intermitente, se mantendrá (si no aumenta) la dependencia del gas, cuyos períodos de mayor precio y demanda suelen coincidir con los de baja generación eólica y solar.

La Unión Europea ha cometido un gravísimo error “de cálculo” con la política energética. Prohibió el desarrollo de gas no convencional (pero lo compra a USA), está cerrando nucleares mientras el resto del mundo invierte o prolonga la vida de las existentes, dificulta las inversiones en redes y ahora, con estas nuevas medidas, añade riesgo regulatorio a las renovables…

En cuanto a la demanda de electricidad, Bruselas quiere obligar a los Estados Miembros a que reduzcan en un 10% el consumo, y que ese ahorro sea de al menos un 5 % en horas punta a través de mecanismos de agregación, flexibilidad y gestión de la demanda. ¿Cómo pretende que se consiga tal ahorro si no ha habido el adecuado desarrollo regulatorio, técnico y de mercado que permita la implantación de estos mecanismos?

Una vez más, la oscura sombra del intervencionismo asoma en la política comunitaria. Reveladores y, ciertamente preocupantes, aunque no faltos de realismo, han sido los mensajes de Larry Fink, fundador y consejero delegado de BlackRock, en el II Foro sobre Sostenibilidad del BBVA.

Pese a mantener su apuesta por las renovables, no discute su intermitencia e interrumpibilidad, por lo que aboga por seguir potenciando la investigación en sistemas de almacenamiento y apuesta por el gas como tecnología de apoyo de las renovables a largo plazo. Ha calificado al gas como «el hidrocarburo de la transición energética».

En esta línea, ha alertado del riesgo de abandonar los hidrocarburos «mañana», y apuesta por encontrar un equilibrio entre el uso de éstos y la descarbonización de la economía.

¿Qué más necesitan Von der Leyen y su séquito de gobernantes europeos para tomarse en serio la seguridad energética de Europa, con visión de futuro y con estabilidad regulatoria, para que las empresas apuesten sin fisuras por la transición energética y los ciudadanos no tengamos que preocuparnos por cómo evitar “el gran apagón?

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