El mercado eólico en Italia experimenta un crecimiento notablemente más lento en comparación con el de la energía fotovoltaica, según apuntan desde el sector. Actualmente hay 12,5 GW de potencia instalada de energía eólica, mientras que la fotovoltaica supera los 34 GW.
Esta situación se ve influida por una combinación de obstáculos logísticos, burocráticos y sociales. Martina Conti, consultora de energías renovables de Italia en Taylor Hopkinson, sostiene que, aunque el potencial eólico del país es significativo, los avances están principalmente concentrados en el sur y en las islas, donde existe mayor disponibilidad de terrenos.
«Los parques eólicos requieren terrenos amplios para garantizar una cierta distancia entre una turbina y otra», explica Conti en diálogo con Energía Estratégica España, apuntando a una de las primeras limitaciones espaciales del sector, y asegura que otra de las problemáticas son “los largos tiempos burocráticos en el proceso de autorización, que varían de una región a otra”.
Por otro lado, la consultora señala que la problemática social impacta sobre el desarrollo de nuevos proyectos eólicos, ya que hay ciertos sectores de la población que se oponen y consideran que los aerogeneradores deterioran el paisaje. Tanto en instalaciones terrestres como offshore este aspecto se convierte en un obstáculo para el avance de la tecnología.
Objetivos de energía eólica
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de Italia actualizado y enviado a la Comisión Europea plantea el objetivo de 28 GW de energía eólica, de los cuales 2 GW son de eólica offshore.
Por lo que desde la Associazione Nazionale Energia del Vento (ANEV) señalan que es necesario “más que duplicar la potencia eólica instalada en los próximos 5 o 6 años”.
Cabe recordar que hay 108 GW de proyectos eólicos con solicitudes de conexión y 84 GW de eólica marina, principalmente en las regiones de Puglia, Sicilia y Sardegna.
Y en el último mes, se presentaron 650,1 MW de ocho parques eólicos en tramitación ambiental, según un relevamiento realizado por Energía Estratégica España en base a datos publicados por el Ministero dell’Ambiente e della Sicurezza Energetica (MASE).
Energía eólica marina
Hace un mes, el Ministerio italiano de Infraestructuras y Transportes aprobó los planes de ordenación del espacio marítimo con un retraso de tres años, ya que tenía el plazo para el 2021.
Los planes que indican las zonas marítimas para la planificación de actividades son el plan “Tirreno-Mediterráneo occidental”, el “Adriático” y el plan “Jónico-Mediterráneo central”.
“Sin duda es un paso adelante, pero no es suficiente; aún hay muchas regiones que se oponen a la energía offshore, y la mayoría de los proyectos presentados, que han solicitado conexión a la red, todavía están en la fase de evaluación de impacto ambiental, mientras que algunos ni siquiera han comenzado esta fase”, analiza Conti y enfatiza en que Italia sigue rezagada en eólica marina en comparación con otros países.
Actualmente hay 30 MW de potencia de energía eólica offshore, mientras que para el 2030 espera alcanzar 2,1 GW de capacidad instalada.
Mercado laboral especializado: escasez de perfiles capacitados
El auge de las energías renovables en Italia ha generado un incremento significativo en la demanda de talento especializado, situación que el mercado laboral local aún no está preparado para afrontar completamente, según apunta la especialista.
Conti destaca que, tras la crisis de 2012 y el bloqueo de incentivos, el sector experimentó una notable pérdida de profesionales calificados, lo cual ha generado un vacío en el mercado. “La falta de perfiles especializados y con experiencia es un reto importante para el sector eólico”, subraya.
La consultora menciona que cada vez es más común ver a profesionales de alto nivel, con amplia experiencia en el sector de Oil & Gas, reorientar su carrera hacia las energías renovables.
“Muchos perfiles ‘senior’ están haciendo esta transición, y los estudiantes universitarios también están optando por especializarse en el sector”, afirma. Aun así, la brecha entre la demanda y la disponibilidad de talento especializado sigue siendo un desafío para el desarrollo de proyectos eólicos en el país.
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