En una publicación de LinkedIn, Kiko Maza, fundador de WeMake consultores y experto en energías renovables, analizó las guías del 2023 de algunas empresas fabricantes en el sector eólico, y señaló la posible continuidad de pérdidas económicas en lo que resta del año.
¿A qué apunta con su posteo?, pregunta Energía Estratégica España, y el especialista responde: “La recuperación es muy probable que se de en 2024, porque en los contratos que se están firmando ahora, y que se ejecutarán el año que viene, ya se refleja el aumento de precios y mejores condiciones contractuales para los OEM´s”.
En este sentido, remarca que otro punto importante que se dará el año que viene es la desaparición de «proyectos “tóxicos”. Es decir, aquellas instalaciones que firmaron contratos a precios bajos y sin cláusulas de revisión de precio, y que en 2021 empezaron a perder dinero.
“Se supone que ya quedan pocos de esos proyectos sin ejecutar, o renegociar, con lo que la rentabilidad debería ir recuperándose. Esto, unido a que los precios de las materias primas parecen que dan un respiro, hace muy probable que por fin veamos la recuperación en 2024”, explica el especialista.
Asimismo, descarta que durante el año siguiente se pueda ver una situación similar a la del Q1 del 2023, sin tener en cuenta un imponderable que cambie drásticamente el mercado, como pudo ser la pandemia de Covid-19 o la invasión rusa en Ucrania.
Ayudas a la eólica
Frente a este debilitamiento de la industria, la Comisión Europea ha propuesto la Ley de Industria Net Zero para que pueda producirse localmente una demanda de turbinas eólicas con un 85% de fabricación local, explicando que tendrá un efecto, pero en el medio y largo plazo.
“A corto plazo no hay ayudas directas ni exenciones fiscales que mejoren la cuenta de resultados Es fundamental que el precio de la eólica se incremente vía subastas, PPAs, CFD´s, o cualquier otro mecanismo y a la vez que el reparto de riesgos y beneficios entre los diferentes actores del sector sea más equitativo”, indica el experto.
Asimismo, señala que, de este modo, todos los elementos de la cadena de valor eólica podrían volverse rentables y afrontar el crecimiento con un volumen necesario para cumplir los objetivos europeos.
¿Competencia con China?
Frente a la consulta sobre si esta situación de empresas con una salud financiera compleja es propia de industriales locales o también alcanzan compañías asiáticas, Maza explica que los fabricantes de afuera (chinos) gozan deuna “salud financiera muy buena”, y contando con altos beneficios económicos.
“Además, están en una clara ofensiva de ampliar su cuota de mercado fuera de lo que es su país. En este sentido, evidentemente, son una ‘amenaza’”, subraya el especialista.
Sin embargo, descarta una situación similar a la que ocurrió hace unos años con los paneles solares, ya que la eólica tiene un componente de complejidad tecnológica y de confianza muy alto, con lo que las empresas chinas se encontrarán con barreras de entrada más fuertes.
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