El incremento de las emisiones de dióxido de carbono proveniente de la energía en 2023 fue de 410 millones de toneladas a nivel global, lo que representa un crecimiento del 1.1%. Sin embargo, Europa registró niveles más bajos que otros años ya que tuvo una disminución de 220 Mt, lo que representa un 9% menos.
Según un informe publicado por la Agencia Internacional de Energía, el principal motor de esta disminución fue la implementación de energías renovables en el sector eléctrico.
“La implementación de energía solar fotovoltaica, eólica, nuclear, autos eléctricos y bombas de calor desde 2019 a 2023 evita alrededor de 2.2 mil millones de toneladas (Gt) de emisiones anuales. Sin ellos, el aumento en las emisiones de CO2 a nivel mundial durante el mismo período habría sido más de tres veces mayor”, indica el documento.
La producción industrial en Europa se redujo debido a los altos precios de la energía, las tasas de interés, la intensa competencia internacional y la débil demanda interna, lo que también impactó en el porcentaje de emisiones de dióxido de carbono.
Además, según indican en el informe, la eficiencia energética y el cambio de combustible jugaron papeles preponderantes en la disminución de emisiones para el sector industrial en la región.
“Las emisiones per cápita en la Unión Europea han caído fuertemente y ahora son solo alrededor de un 15% más altas que el promedio mundial y alrededor de un 40% por debajo de las de China”, revela el informe.
El mercado de renovables sigue creciendo exponencialmente con el objetivo de la transición energética y la descarbonización de las economías. La energía solar y eólica alcanzaron los 540 GW de capacidad global en 2023, mientras que en el mismo año en la Unión Europea se instalaron 16,2 GW eólicos y 56 GW fotovoltaicos. Lo que, sumados, representa casi un 13,4% del total de capacidad instalada a nivel global, según un análisis realizado por Energía Estratégica España.
La solar fotovoltaica tuvo un gran crecimiento durante el año pasado, y gran parte de eso se debe al retraso en las instalaciones del año anterior. Dentro de este mercado las instalaciones de autoconsumo en tejados tomaron la delantera y se posicionaron como el segmento líder, ya que representaron el 70% de las nuevas instalaciones solares en Europa.
Por su parte la energía eólica tuvo un retroceso, la incorporación de nueva potencia disminuyó en un 10% en comparación al año previo. El desacelere se debe a que tuvo que enfrentar diferentes desafíos, como el aumento de los costos de los equipos, la restricción de la cadena de suministro y la inflación, lo que hizo que el sector sea menos competitivo para las subastas.
El contexto del mercado de energía eólica en Europa llevó a que la mayoría de los países introduzcan políticas para abordar los retos de los procedimientos de permisos complejos y lentos para este tipo de proyectos. En los últimos dos años se implementaron políticas y cambios regulatorios, pero el impacto de esto se verá en los próximos años, teniendo en cuenta los plazos de desarrollo de los proyectos.
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