De acuerdo a los cálculos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la reserva hídrica española está en el 33,5% de su capacidad total, los embalses almacenan actualmente 18.810 hm³ de agua, disminuyendo en la última semana en 399 hm³.
Además, de acuerdo a números de Red Eléctrica España, la participación de las renovables en la generación durante el mes pasado fue del 37,6%, la más baja desde septiembre del 2021, cuando fue del 36,1%.
En este sentido, en diálogo con Energía Estratégica España, Luis Marquina, presidente de la Asociación Empresarial de Pilas, Baterias y Almacenamiento Energético (AEPIBAL), destaca: “El almacenamiento es la respuesta necesaria para la implantación masiva de las energías renovables en la generación energética”.
“Las baterías tendrán su lugar en el mix energético y este lugar será cada vez mayor porque las prestaciones de las baterías al equilibrio del sistema eléctrico son fundamentales, eficientes y necesarias a corto plazo”, indica el directivo
Asimismo, refiriéndose al largo plazo, resalta que resta definir cuál será la tecnología que ofrezca una generación de respaldo a las renovables, sustituyendo al gas. En esta línea, comenta que el hidrógeno verde podría ser un buen candidato.
Por otro lado, Marquina hizo hincapié en la necesidad del sector en fomentar la demanda para bajen los costes de la tecnología. “Ambos factores se retroalimentan y se necesitan: si hay expansión, hay bajada de costes, y porque hay bajada de costes, hay expansión”.
“El problema es cómo dar el primer impulso, y éste debe venir de las políticas gubernamentales. Son estas las que deben impulsar con ayudas los primeros desarrollos que favorezcan el lanzamiento industrial y, a partir de ahí, que la economía de escala, como hemos visto en la tecnología fotovoltaica y su evolución de precios, haga su trabajo”, explica el ejecutivo
Así también, remarca que el almacenamiento tiene un impacto directo en el sistema eléctrico, y debido a esto su regulación es delicada. Por ejemplo, una batería es generación cuando vierte energía a la red, pero, a su vez, es demanda cuando carga energía de la red. “¿Cuándo y cómo debe comportarse como generación y cuándo y cómo como demanda? El impacto normativo del almacenamiento es muy importante y, por ello, en primer lugar y sobre todas las cosas, la regulación es crítica”, advierte el directivo.
Siguiendo esta idea, enumera los tres elementos críticos sobre los que debe avanzar el futuro marco normativo: El primero, aquella que afecta a las propias definiciones del almacenamiento, por ejemplo, en lo relativo a la gestionabilidad. Es decir, cuándo una planta fotovoltaica pasa a ser gestionable por incorporar baterías. El segundo punto se refiere a la tramitación de los proyectos, especialmente en materia medioambiental; y, finalmente, la necesidad de una regulación que defina las líneas de negocio para el almacenamiento, por ejemplo, concretando en qué servicios al sistema puede participar y en qué condiciones.
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