Francesco La Camera, Director General de IRENA, afirmó: “Hemos llegado a un momento decisivo. Un sólido acuerdo financiero mundial y las próximas contribuciones determinadas a nivel nacional en 2025 son momentos decisivos para mantener con vida el objetivo de 1,5 °C.
Las contribuciones determinadas a nivel nacional 3.0 ofrecen la última oportunidad en esta década para que los países intensifiquen sus ambiciones declaradas. En particular, un acuerdo sobre un nuevo objetivo cuantificado para la financiación climática en la COP29 es fundamental para garantizar una transición justa, apoyar las inversiones en el Sur Global y empoderar a los países para que intensifiquen sus ambiciones en materia de contribuciones determinadas a nivel nacional.
El objetivo de 1,5 °C depende de los esfuerzos de los países del G20. Sus contribuciones determinadas a nivel nacional deben coincidir con los compromisos mundiales de triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030”.
En el escenario de 1,5 °C de IRENA, las fuentes de energía renovables proporcionarían la mayor parte de la matriz energética, representando el 68% y el 91% del suministro total de electricidad en 2030 y 2050, respectivamente.
Para 2050, se requiere una profunda transformación de los sectores de la energía y el consumo final para permitir las altas proporciones de energía renovable que requiere la transición.
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