Paloma Martínez, Responsable de Desarrollo de negocio de Hidrógeno Verde en SGS, participó de la Cumbre de las Energías Renovables de España, organizada por Energía Estratégica, donde remarcó la importancia de una regulación que de garantías tanto a las actuales empresas instaladas en el país, como a las que están interesadas en llegar. 

“La principal preocupación del sector es que la legislación trata a la producción de hidrógeno como una actividad industrial, sin importar el método de producción, la capacidad de almacenamiento y mucho menos el propósito de esta producción”, sostuvo.

Asimismo, otro de los desafíos que se encuentran para su despliegue se centra en que las compañías no pueden colocar los hidrolizadores donde deseen, como así también el hecho de estar sometidas al régimen de autorización ambiental integrado, que ralentiza las tramitaciones. 

Esto último responde al razonamiento de la producción del hidrógeno gris, pero no tiene en cuenta la diferencia radical en el impacto de su alternativa renovable producida a través de electrólisis renovable. 

La Hoja de Ruta del Hidrógeno tiene entre sus objetivos la voluntad del Gobierno español de crear un nuevo marco normativo que actualice estos aspectos, impulse la cadena de valor y de garantías a todo el mercado, en consonancia con las medidas europeas. 

Con ello se propone 4 GW de potencia instalada de electrolizadores. Se incorpora un hito intermedio para 2024: contar con una potencia instalada de entre 300 y 600 MW y la instalación entre 100 y 150 plantas de repostaje de hidrógeno hacia 2030, con lo cual será clave superar algunos retos, sobre todo de seguridad, que se presentan en todos los eslabones y, principalmente, en su producción a gran escala. 

“La seguridad del proceso del hidrógeno no solo es en el punto de producción o en el punto de abastecimiento, sino que abarca desde su fuente energética, su transformación, su compresión, incluso en la certificación de maquinaria u homologación de vehículos especiales”, comentó la representante de SGS. 

La firma lleva muchos años trabajando en el I+D+i en este ámbito e identifica que el sector que más dificultades va a encontrar en el uso de esta tecnología es el de la aviación pero en los proyectos industriales ya cuenta con un terreno lo suficientemente óptimo para cumplir con los estándares internacionales. 

No obstante, Martínez junto a sus compañeros de panel, reafirmaron la idea de que si el interés del sector privado no se acompasa con regulaciones que faciliten el desarrollo del mercado, será difícil cumplir los objetivos en los plazos planteados en los planes nacionales. 

“España es uno de los países que está marcando el ritmo de crecimiento en Europa y esto va a traer consigo grandes beneficios: no solo un gran desarrollo tecnológico, sino un gran número de puestos de trabajo”, señaló la ejecutiva.