Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) presentado en julio entre 2017 y 2022, las necesidades del sector energético triplicaron la demanda de litio. 

Este es uno de los minerales críticos impulsados por la Ley europea Net Zero que busca fomentar cadenas de suministros propias para hacer más competitiva la transición energética y lograr convertirse en referencia global, con independencia.

El litio desempeña un papel crucial en las baterías recargables utilizadas en una amplia gama de aplicaciones, desde vehículos eléctricos hasta sistemas de almacenamiento de energía en redes eléctricas. 

Estas baterías son esenciales para darle firmeza a la energía generada por fuentes renovables variable (eólica y fotovoltaica) y suministrar de manera constante y flexible a la red eléctrica. 

No obstante, según comenta Daniel Mamadou, Managing Director en Energy Transition Minerals, “Una batería de un coche eléctrico puede demandar 60 o 70 kilos de litio, mientras que un sistema de almacenamiento en un parque de generación renovable requiere toneladas”.

En diálogo con Energía Estratégica España, el experto explica que para poder equilibrar la demanda global del litio contra el suministro dentro de los próximos 10 años, será necesario poner en marcha 7 nuevas minas cada año, mientras que por el momento se abren una o dos. 

Argentina, Chile, Australia, China, son dueños de un oligopolio natural ya existente, ya que acaparan el 80% de la producción actual, pero al mismo tiempo habrá nuevas fuentes que van a surgir y las que ya se están definiendo, como en Iberia, Zimbabue, Nigeria, Congo, donde hace 10 años nadie pensaba que se iban a ser productores. 

Infografía: El País

Asimismo, Mamadou describe que hoy día, desde el momento en que se hace un descubrimiento hasta que se pone en producción, transcurre una media de 10 o 15 años. 

Portugal y España son dueñas de las mayores reservas reales de litio en Europa, en forma de, sobre todo, de feldespatos de litio. Sin embargo, estos yacimientos están en fase de investigación y desarrollo. 

Rafael López Guijarro, eurogeólogo especializado en exploración minera a través de geoquímica, tectónica y análisis tectonotermal, señala a este medio que particularmente estos proyectos se caracterizan por ser “mucho más sostenibles que extraen materiales de altísimo valor añadido, con poca huella medioambiental”. 

Los califica como “proyectos satélites”, que alimentan potenciales plantas de beneficio y de concentración, pero que pueden abrirse y cerrarse con muchísima más facilidad. 

«El futuro de las energías renovables pasa por el almacenamiento. Pero hoy no hay una posibilidad económica de mantener estas grandes baterías que puedan almacenar y distribuir esta energía después, por lo que se necesitará una gran apuesta que está en marcha», indica López Guijarro.

Por su parte, David Alcáraz, experto en marketing de empresas relacionadas al sector, agrega que tanto España como Portugal, buscan posicionarse como líderes en esa corriente de proyectos micro, con una vertiente de sostenibilidad total. 

Su desarrollo permitirá la formación de nuevas cadenas de suministro más cortas, donde el litio se mina, se transforma en carbonato, se integra dentro de una batería hecha en España o en los alrededores. 

Tiempos y demanda

“El hecho de que estos proyectos se retrasan, es una característica de los proyectos mineros y sobre todo de los proyectos de litio, no son eventos y hay un retraso o un exceso en términos de presupuesto”, afirma Mamadou. 

Los grandes retos que observa es que no sólo hay un déficit de nuevos proyectos, sino también existe una importante falta de equipo humano.

“En Europa o incluso en España, comparado con países como China, surgen muy pocos o, desde luego, no suficientes geólogos cada año”, enfatiza el directivo de  Energy Transition Minerals. 

Respecto a la demanda, López Guijarro, sostiene que pese a que ya existen distintas fórmulas químicas de baterías -y los avances tecnológicos permitirán aún más- hay dos metales críticos que siempre son comunes a todas estas y son: el litio y el níquel.

Con lo cual, los tres referentes expresaron a Energía Estratégica España que “el litio es el equivalente del petróleo de ahora en adelante, a nivel energético”.

Precios

Los precios del litio han caído desde un pico a principios de 2023, cuando el carbonato de litio alcanzó un valor de alrededor de 66 mil dólares por tonelada, hasta los actuales 24 mil dólares por tonelada, lo que representa una caída del 70%.

Mamadou ofrece una visión crítica del escenario actual, afirmando que «de aquí a finales de año se cree que los precios seguirán a la baja». 

Sin embargo, también anticipa un repunte en los precios para el primer trimestre o segundo trimestre de 2024.

El auge y la caída de los precios del litio están influenciados por múltiples factores, desde la política de tipos de interés hasta la dinámica de la cadena de suministro global.