A comienzos del mes de julio, 328 eurodiputados del Parlamento Europeo votaron a favor de incluir a la nuclear y al gas en su listado de energías verdes. 

Ahora ambas tecnologías formarán parte del proceso de transición ecológica de la Unión Europea, que tiene como objetivo reducir a cero las emisiones de CO2 en el año 2050.

En el marco del webinar “Soberanía energética en el tiempo de la crisis climática”, organizado por la agrupación Podemos, el diputado de “Unidas Podemos” en las Cortes Generales, Juan López de Uralde, destacó que “es una gran mentira que la energía nuclear sea verde”.

“El cambio de la taxonomía verde es parte de los intereses de las grandes energéticas, defendiéndose, y para esto consiguen el aval europeo para decir que sus tecnologías son verdes. Es una gran mentira que la energía nuclear sea verde”, comentó el funcionario.

Asimismo, indicó que tampoco cree que la nuclear pueda ser útil a la hora de acelerar la transición energética: “Esto es una de las grandes mentiras de nuestro tiempo, y sin embargo, nos están machacando con ello”.

En este sentido, el Diputado describió dos problemas con esta tecnología, el primero son sus costes de construcción, y el segundo el tiempo que demandan de desarrollo.

“Las inversiones en centrales nucleares son excesivamente caras. Por ejemplo, la planta Flamanville, en Francia, se diseñó en un principio con un presupuesto de 3.000 millones en el 2003, estamos a 2022 y el presupuesto se ha ido a 19.000 millones”, advirtió el funcionario.

Además, agregó que con esa inversión para la central francesa, se hubiera podido producir 50 veces más energía. “El euro invertido en renovables genera 50 veces más, que el euro invertido en la nuclear”, remarcó López de Uralde.

Así también, hizo hincapié en el factor tiempo ejemplificando con la planta de Flamanville, alegando que esta central comenzó a desarrollarse hace 19 años, y aún no está en operaciones.

“Por lo tanto, si alguien se planteara instalar una central nuclear en España, esta no entraría en funcionamiento hasta el 2045, en el mejor de los casos, y eso no nos sirve de cara a nuestros objetivos de emisiones en 2030-2040”, explicó el funcionario.

“No es un tema de que seamos antinucleares, es que es una tecnología demasiado cara y lenta, es por esto que no sirve para abordar nuestros problemas de transición ecológica. La nuclear no es una alternativa”, finalizó López de Uralde.