Durante la semana pasada, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) publicó la propuesta de resolución provisional de para otorgar ayudas a la creación de oficinas que dinamicen y promocionen comunidades energéticas.

De las 16 comunidades que aparecen en esta convocatoria, siete fueron de solicitantes ubicados en Andalucía, con la segunda mayor cuantía de ayudas de todo el listado (1.912.376,58 €).

En diálogo con Energía Estratégica España, el Delegado de Autoconsumo del Clúster Andaluz de Energías Renovables (CLANER), Miguel Torres, destaca: “El potencial para las comunidades energéticas en Andalucía es enorme”.

Sin embargo, el directivo señala que encuentran una serie problemas dentro del desarrollo de este tipo de instalaciones, siendo el principal la desinformación y el “recelo” de algunos grupos de vecinos hacia esta tecnología.

De acuerdo a información publicada por el Gobierno, Andalucía cuenta con cinco de las 68 comunidades energéticas que hay activas hoy en día en el país, con un total de 37 socios. 

“Veo muy difícil el gestionar ese componente humano, una parte del público no lo entiende y recela tanto de nosotros, como de los otros comuneros”, remarca el ejecutivo.

En este sentido, resalta la necesidad de implementar medidas por parte del Gobierno nacional y autonómico, que brinden herramientas y jornadas de información sobre los beneficios de las comunidades energéticas.

“Habría que hacer alguna campaña divulgativa sobre cómo funciona, porque he estado en varias comunidades de vecinos explicando como funciona, y mi resumen de esto es que es una pérdida de tiempo”, subraya Torres.

Asimismo, resalta que esta situación se podría solventar si se conociera algunas de las ventajas de autoconsumir de forma colectiva, por encima de hacerlo de forma individual.

“Principalmente, las comunidades energéticas son más rentables. Una instalación singular en una vivienda requiere de una inversión de casi el doble que en una comunidad energética”, explica el Delegado de Autoconsumo de CLANER.

“El autoconsumo colectivo está teniendo ahora mismo empuje, pero porque los beneficiarios son diferentes contadores, en diferentes ubicaciones y el que decide es una misma persona. El problema surge cuando hay que comprender cómo funciona y que hay que acordar con tus iguales”, subraya el ejecutivo.

Tramitaciones 

Y por otro lado, el directivo puso el foco en la tramitación de los proyectos, los cuales se encuentran ante una administración engorrosa y que requiere del visto bueno de muchas oficinas.

“Las comunidades energéticas son muy simples en el aspecto técnico, pero la tramitación es algo más compleja, porque tiene que atravesar por muchos organismos, por lo cual, el más mínimo equívoco en un código puede acarrear problemas en todo el proceso”, señala Torres.

Siguiendo con esta idea, comenta que la solución se encuentra en dotar a las administraciones locales de un registro ajeno a las consejerías, en el cual aparezcan todos los proyectos de comunidades energéticas.

“Hay que establecer un registro de autoconsumo pendiente, para que cualquier persona que necesite información sobre estos acuerdos los encuentre allí, y no se pierda toda la maraña burocrática que disponemos”, destaca el directivo.