La Asociación Española del Gas (Sedigas) y Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), organizaron una jornada dedicada al biometano y las claves para su desarrollo en España.

En el marco del segundo panel, que abarcaba los problemas que enfrentan las instalaciones de esta tecnología a la hora de su financiación, donde participaron Antoni Macià, Director de Inversiones de Suma Capital, y Daniel Álvarez, Presidente de Catalana de Biogás Iberia, ambas empresas dedicadas al impulso de plantas de biogás.

Por un lado, Macià comentó que uno de los principales problemas que encuentran las plantas de este vector energético en el mercado español es el de la sostenibilidad.

En este sentido, el directivo destacó que el país se encuentra en “el momento perfecto” para acelerar en estrategias para el impulso del biometano, y los biogases en general.

“Con estos precios del gas, ahora mismo es posible cerrar PPA a buenos valores, que permitan la rentabilidad de los proyectos, pero esta es una situación que no sabemos por cuánto tiempo se mantendrá, y entonces la sostenibilidad se volverá un reto”, explicó el ejecutivo

Asimismo, resaltó que otros países europeos poseen otras estructuras que permiten el impulso de este tipo de instalaciones, remarcando que en España se encuentran instaladas cerca de 200 plantas, mientras que Italia posee 2.000 y Alemania unas 9.000.

“Por ejemplo, vemos que hay muchos desarrolladores solares que quieren mirar hacia el biogás, reconociendo la oportunidad que representa, pero que se encuentran con muchos proyectos donde hay patas que ajustar”, advirtió Macià.

Por su parte, Daniel Álvarez, señaló que uno de los principales problemas que encuentran para el impulso de estas instalaciones se encuentra en la estructuración bancaria de los emprendimientos.

“Muchas macroplantas tuvieron que realizar recurso de accionista, cuando las plantas de biometano tendrían que ser financiables por sí mismas, como un proyecto de energía renovable, que es por lo que estamos trabajando”, indicó el directivo.

Siguiendo esta idea, hizo hincapié en la necesidad de agilizar las licencias por parte de las administraciones, comentando que las plantas de biometano utilizan actualmente los mismos permisos que un gestor de residuos.

“Desde que se inician los trámites de una planta, hasta que tiene la autorización ambiental integrada, se puede tardar hasta dos años. Es decir, que todos los proyectos que se están empezando a desarrollar ahora, van a proporcionar energía dentro de tres años”, indicó el ejecutivo.

En este punto, subrayó la labor de Catalana de Biogás Iberia, un trabajo en conjunto de Sinia Renovables y Aprisco Energy, que se dedica a impulsar nuevas plantas de generación de biogás.

“Intentamos asesorar desde la cadena de valor, hasta el final del emprendimiento. Ya que cuando una cooperativa agrícola, o una industria ganadera, se propone hacer una planta de biometano nos encontramos con desconocimiento sobre cómo llevarla a cabo”, explicó Álvarez.