Teresa Mallada, Senadora y Secretaria Nacional de Gestión de Recursos Mineros y Naturales del Partido Popular, asegura a Energía Estratégica España que hay que «revisar los planes del Gobierno de España respecto a la energía nuclear» para avanzar en la transición energética que busca el país.
Esta declaración subraya la “discrepancia” entre la consideración de la energía nuclear como verde a nivel europeo y la ratificación del Gobierno español de cerrar todas las centrales nucleares para 2035.
En una entrevista exclusiva para este medio, Mallada destaca la esencial transformación de la industria como piedra angular para alcanzar los objetivos de la transición energética, manifestando la necesidad de adaptar los procesos productivos y tecnológicos de la industria española hacia la sostenibilidad, un desafío que requiere inversiones significativas y una rentabilidad sostenible.
¿Cómo evalúa el momento actual de la transición energética?
Sobre el papel todos tenemos claro que la transición energética hacia un modelo más sostenible debe estar basada en la economía circular, la eficiencia energética, la integración de las energías renovables, el uso de los ecocombustibles y la electrificación de la movilidad y, de manera general, un gran número de países trabajan en estas líneas desde hace tiempo.
Para valorar el momento en el que se encuentra la transición energética es muy conveniente analizar la revisión 2023 que la Agencia Internacional de la Energía ha publicado de su informe Cero Emisiones Netas 2050, emitido en 2021 como parte de los trabajos preparatorios de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, COP 28.
En dicha revisión se constata que las emisiones globales en 2022 alcanzaron la cifra récord de 37 Gt de CO2, lo que supone un aumento del 1% global sobre las cifras prepandemia de 2019.
En dicho informe quedan constatados los diferentes comportamientos de los países y zonas económicas en dicha transición. Así, se recoge que China aumentó sus emisiones un 7% y las economías más avanzadas las disminuyeron un 4%.
Si bien este es un dato preocupante, me gustaría que prestáramos atención a la siguiente cuestión que, posiciona a China en un lugar muy diferente al que le otorgan sus emisiones medioambientales.
China posee el 75% de las capacidades productivas en tecnología fotovoltaica, el 60% de las relacionadas con la eólica, el 75% de la producción de baterías eléctricas, el 40% de electrolizadores y el 35% de la fabricación de bombas de calor, unas capacidades que suponen un verdadero desafío para los países europeos.
Esta es una realidad que presenta importantes desafíos para los países de occidente y precisa de cambios muy profundos; no se soluciona con la simple implantación de aranceles en frontera o subiendo las tasas de emisión de CO2.
Se necesita habilitar fondos dirigidos a actividades que nos permitan competir con China, revisar los fundamentos y principios de la gobernanza europea, modificar normativa y ejecutar los planes de transición con eficacia.
¿Qué mensajes dejó la COP y cómo influyen en el mercado español?
Entre los más relevantes se encuentran los siguientes:
Preservar el objetivo de 1,5ºC reconociendo la necesidad de alcanzar emisiones netas cero a nivel mundial para 2050, con reducciones del 43% para 2030 y del 60% para 2035, comparado con los niveles de 2019.
Transitar hacia el fin de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos siendo la primera vez en los más de 30 años de estas conferencias en la que se incluye una mención explícita a los hidrocarburos.
Impulso significativo a las energías renovables y la eficiencia energética proponiendo duplicar las medidas de eficiencia energética y triplicar la capacidad de energías renovables para 2030, incluyendo el aumento de la capacidad de energía solar, eólica y nuclear.
Nuevos mecanismos de financiación dando cabida a la participación del sector privado y financiero, adicional a los diversos fondos públicos ya existentes (Fondo Climático Verde, Fondo de adaptación…).
Un ejemplo de los nuevos mecanismos de financiación lo constituye el fondo de transición climática Alterra, promovido por UAE y anunciado en el marco de la COP28.
Algunos de estos hitos vienen siendo perseguidos por las políticas llevadas a cabo por el Gobierno de España en lo referente a los combustibles fósiles, pero no en lo que atañe a la energía nuclear.
Una energía considerada verde en el ámbito de la UE y alternativa a los combustibles fósiles por la CUP28, algo que contrasta radicalmente con la decisión en España del Ministerio de Transición Ecológica que tiene en marcha un plan para el cierre de todas las centrales nucleares para el 2035.
Si, tal y como ha manifestado la Ministra de Transición Ecológica, se siente orgullosa del acuerdo alcanzado por la COP28, lo coherente sería revisar los planes del Gobierno de España respecto a la energía nuclear.
¿Qué demandas de la transición energética fueron abordadas en este año y qué deberá abordarse próximamente?
Aunque el mix energético nacional sigue dependiendo en gran medida de fuentes tradicionales como el carbón, la energía nuclear o el gas natural, según datos de Redeia (antiguo Grupo Red Eléctrica), la primera fuente de generación en lo que llevamos de año ha sido la eólica (21,4%), seguida por la nuclear (20,7%), el ciclo combinado (18,1%) y la solar fotovoltaica (15,4%).
La energía hidroeléctrica representa hoy aproximadamente el 10% de su generación total.
Hasta principios de octubre de 2023 se ha producido más electricidad con fotovoltaica que en todo el año 2022, lo que supone un incremento del 33,1% respecto al mismo periodo de 2022.
Estos datos evidencian que España puede obtener en 2023 más de la mitad de su electricidad de fuentes renovables gracias al auge de la eólica y la fotovoltaica y la posicionan en buen lugar en Europa.
Pero, para avanzar en la transición energética se necesita, además, asegurar el suministro para lo que hay que incentivar las inversiones en redes, y aumentar el almacenamiento para guardar las renovables cuando hay abundancia y poder utilizarlas cuando lo demande el consumidor.
Sin duda, estas son cuestiones que el Gobierno debe abordar de manera inmediata.
¿Cuáles son las expectativas para el 2024?
Para que la transición energética en nuestro país alcance los objetivos fijados es necesaria una transformación de la industria.
Sin una transición de la misma hacia procesos más sostenibles no se conseguirá alcanzar el objetivo establecido en el Pacto Verde Europeo de neutralidad climática en 2050, ya que representa el 24% del consumo final energético, del 22% del consumo final de combustibles fósiles (teniendo en cuenta sólo los usos energéticos) y del 21% del total de las emisiones de GEI, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Esto requiere que la industria española adapte sus procesos productivos energéticos y tecnológicos a unos plazos ya fijados muy restrictivos, que necesitan inversiones muy importantes y exigen una rentabilidad.
Es decir, la industria debe descarbonizarse siendo capaz de mantener su rentabilidad.
Este es, desde mi punto de vista, el principal desafío para el año 2024. Un desafío que se ha venido afrontando en otros países como Francia, Alemania o Italia en los últimos años poniendo a disposición de su industria miles de millones de euros.
La diferencia con lo sucedido en España se puede percibir con el ejemplo de lo sucedido con los altos precios del gas.
España ha aprobado un esquema de ayudas de 400 millones para la industria, con un máximo de cuatro millones de euros para empresas.
Chequia, con un PIB casi cinco veces inferior al nuestro, ha puesto 800 millones de euros a disposición; Polonia, 1.000 millones; Francia, 7.000, y Alemania, 49.000 millones.
Las diferencias con otros países europeos se hacen visibles también si atendemos a los fondos del PERTE de descarbonización en España que ha llegado mucho más tarde que en el resto de Europa.
La industria necesita varios años para poder desarrollar proyectos sostenibles y eso hace que en España vaya a ser complicado cumplir los plazos de descarbonización exigidos.
Es fundamental en 2024 que el Gobierno de España ponga a disposición de la industria de nuestro país las herramientas necesarias para que pueda acometer con éxito el proceso de transformación que necesita.
Correcto análisis
No hay más que ver la decisión de Bélgica.que fue la primera en cerrar el nuclear en 2025 y lo tiene que extender a 2935 ,porque no es posible ¿ y que pasa con el almacenamiento de electricidad que no se ha conseguido nada?
La Sra Ribera se irá como Calviño y quien venga detrás que lo arregle
Un poco largo me lo fía (2935) Pero independientemente de eso, esta Sra. mantiene el objetivo de fijar el precio medio de la energía, basado en el último precio de la energía del Pool (renovables) que paradójicamente es la más barata. Menos mal que abortaron esa iniciativa a tiempo.
«…guardar las renovables cuando hay abundancia y poder utilizarlas cuando lo demande el consumidor…» [sic]
Será al revés. Utilizar las renovables SIEMPRE EN PRIMER LUGAR.
Esta Sra. está «perdida» en el mundo de energías.
Excuse me. La Sra. sabe mucho del negocio de energías. ¡Qué bochorno!