Los minerales críticos presentan un desafío importante debido a la dependencia de un suministro limitado para la fabricación de, entre otras cosas, componentes vitales para la industria de las energías renovables. Tales materias primas a menudo son controladas por pocos países, lo que conlleva riesgos de seguridad en la cadena de suministro para tecnologías esenciales.
España está en una posición estratégica, ya que cuenta con una amplia variedad de minerales en diversas regiones. Destaca como productor de cobre y wolframio, y hay un creciente interés en minerales como litio, tierras raras, grafito, vanadio y cobalto.
Por caso, el litio se usa en baterías para vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía y las tierras raras son clave en turbinas eólicas y motores eléctricos.
Por su parte, el grafito se encuentra en baterías de varios dispositivos, incluyendo vehículos eléctricos.
El vanadio y el cobalto son vitales para baterías de flujo, ideales para almacenar grandes cantidades de energía.
Los yacimientos se concentran principalmente en la mitad oeste de España, incluyendo regiones como Extremadura, Andalucía, Castilla León y Galicia.
Salamanca, Extremadura y Huelva ya cuentan con proyectos en proceso y se dedican a reactivar iniciativas frenadas por la “mala prensa de la minería” debido a su relevancia estratégica.
Sin embargo, la complejidad administrativa y la resistencia social los han ralentizado, como el uranio en Salamanca o el oro en Asturias.
Para fomentar la independencia de proveedores extranjeros y aprovechar estas oportunidades, el Ministerio de Transición Ecológica en España y la Unión Europea han propuesto una hoja de ruta para la gestión sostenible de materias primas.
Esto incluye identificar y garantizar el abastecimiento de minerales necesarios para la transición ecológica y tecnológica.
Además, la Ley de Industria Net Zero de la UE impulsa proyectos estratégicos cero emisiones netas con procesos simplificados y plazos de permisos más cortos.
España, como productor de recursos minerales y energía renovable, desempeñará un papel fundamental en la independencia y el desarrollo sostenible de la cadena de suministro de minerales críticos en Europa.
En este sentido, en entrevista con Energía Estratégica España, Felipe González Coto, Doctor ingeniero de minas, experto en minería y energía, ex director de explotación y energía de grupo Hunosa, detalla la actualidad del sector.
¿Cuáles son los minerales críticos de la transición energética disponibles en España?
España es un país geológicamente complejo, con diversos dominios que abarcan todos los períodos geológicos conocidos.
Esta complejidad deriva en una gran riqueza mineral, que ha tenido como consecuencia una historia minera de gran relevancia en determinadas regiones divididas a lo largo del territorio nacional.
Pero si bien es cierto, que la disminución del peso del sector primario y secundario en favor del terciario en nuestra economía, ha implicado un descenso en el interés público por la exploración de determinados recursos minerales, lo que ha hecho que no se disponga de una base de datos actualizada de las reservas de minerales disponibles.
España, dentro de la UE, destaca como potencia en la producción de cobre y wolframio. En la actualidad existe un elevado interés por la exploración/explotación de litio, tierras raras, grafito, vanadio o cobalto.
Además, en nuestro país se encuentran proyectos de los más grandes de Europa tanto en explotación como en exploración de oro-plata y estaño.
Así, el potencial global de nuestro país en recursos minerales estratégicos rondaría los 4 Millones de toneladas.
¿Cuál es la situación actual de los yacimientos?
La base fundamental de la mayoría de las investigaciones realizadas en nuestro país descansa en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), institución que aloja el grueso de los informes que sistemáticamente se han realizado en materia de recursos y reservas minerales, basados en códigos de referencia internacionales tipo JORC o NI 43-101 (reservas).
La riqueza “conocida” en este tipo de recursos en nuestro país se encuentra principalmente concentrada en la mitad oeste (desde Madrid hacia Portugal), destacando comunidades como Extremadura, Andalucía, Castilla León, Galicia.
En particular en provincias con importantes recursos como Salamanca, Extremadura o Huelva, donde ya existen proyectos mineros activos o algunos que, debido al reciente interés estratégico, se están retomando.
La complejidad administrativa y el elevado (y desconocido añadiría) rechazo social que pueden producir los nuevos proyectos mineros están haciendo que muchos de ellos se vean paralizados o directamente se abandonen por la dificultad de salir adelante.
Pongo como ejemplo los proyectos de uranio de Salamanca o de Oro de Asturias, paralizados ambos y en vía de recurso judicial, a pesar de ser minerales incluidos dentro de la lista de Critical Raw Materials y apoyada su explotación en la hoja de ruta de la Comisión Europea.
Debemos recordar que en Europa, y en particular en España, existe una de las más estrictas legislaciones medioambientales
¿Cómo calificaría a España como fuente de minerales y materiales críticos para la transición energética europea?
Sin lugar a duda se podría calificar como gran productor dentro de la UE, apoyándonos en las reservas disponibles y el elevado potencial minero.
Solo en territorio andaluz, el IGME ha identificado yacimientos de antimonio, barita, bismuto, cobalto, estroncio, fluorita, fosfatos, grafito, litio, platinoides, tierras raras, vanadio y wolframio, casi todos en la lista de los nuevos materiales precisos de la Comisión Europea.
Además, el Gobierno español aprobó el año pasado una hoja de ruta para “la gestión sostenible de las materias primas materiales» muy alineada con lo que plantea ahora Bruselas.
Entre sus medidas, contempla identificar junto con las comunidades «la situación de las materias primas necesarias para garantizar el abastecimiento de las cadenas industriales asociadas a la transición ecológica».
El siguiente paso será convertirlo en un plan nacional y para eso el Ministerio de Transición Ecológica creó un grupo de trabajo con el sector minero, las distintas administraciones públicas y organizaciones ecologistas y en breve esperamos una consulta pública para que otras partes interesadas puedan hacer sus aportaciones.
¿Cuáles son los principales retos que enfrenta?
Principalmente destacaría tres: viabilidad del proyecto, sostenibilidad medioambiental y tramitación administrativa.
Viabilidad técnica, económica y social, son variables a las que se enfrentan los proyectos mineros en todo el mundo.
Poder explotar el recurso con las mejores técnicas disponibles, de una manera rentable y teniendo en cuenta la responsabilidad social que ello conlleva.
Son “retos locales” a los que se deben enfrentar este tipo de proyectos y a los que los técnicos debemos darles respuesta.
Y sin lugar a duda, por encima de todas y más en nuestros días, la sostenibilidad medioambiental que debe ser pilar fundamental en el que se base cualquier proyecto.
«Los proyectos estratégicos se beneficiarán de procesos de autorización más rápidos», nos dice la Comisión en su propuesta, anticipando algo que se ha revelado especialmente sensible al hilo de los proyectos de energías renovables.
La aceleración de los trámites de autorización para abrir o explotar las minas y su convivencia con los estándares medioambientales.
Pero lo cierto es que, de momento, la tramitación administrativa se hace demasiado larga y compleja, pudiendo llegar a lastrar la viabilidad del proyecto.
Para solucionar esto, el Ministerio de Transición Ecológica ya se abrió el año pasado a revisar y simplificar el marco de restauración medioambiental de explotaciones mineras.
En este sentido, afirma que en España los requisitos de protección del medio ambiente, de la seguridad, protección de las personas, derechos humanos y transparencia en la actividad minera son especialmente estrictos.
Esperemos que pronto se vean los frutos del trabajo realizado.
¿La instalación de fábricas de industrias net zero, impulsada por la ley europea de Net Zero, incentiva estas prácticas? ¿En qué posición se encuentra España frente a esta oportunidad?
La Comisión Europea ha propuesto la Ley de Industria Cero Neta para ampliar la fabricación de tecnologías limpias en la Unión y asegurarse de que esté bien equipada para la transición hacia la energía limpia.
Esta iniciativa forma parte del Plan Industrial del Pacto Verde. Y esta contempla toda la cadena de valor del proceso, desde el recurso minero hasta el recurso transformado.
Los cinco pilares fundamentales en los que se apoya esta ley incentivan, entre otros, dar prioridad a los proyectos estratégicos cero netos, que se consideran esenciales para reforzar la resiliencia y la competitividad de la industria de la UE, incluidos los sitios para almacenar de forma segura las emisiones de CO2 capturadas.
Podrán beneficiarse de plazos de permisos más cortos y procedimientos simplificados.
Si la UE quiere ser resiliente en tecnologías limpias, debe de disponer, entre otras cosas, de materias primas propias que le habiliten a ello. Y en esa parte, los proyectos mineros sostenibles son un pilar fundamental.
Estoy seguro que España, como gran productor tanto en recursos minerales como en recurso energético renovable, va a jugar un papel destacado en la UE.
Debemos apostar por el desarrollo de este sector como instrumento tractor de generación de empleo de calidad, desarrollo del conocimiento y retención del talento.
Y en algunos casos, también de fijación de población en entornos con problemas de reto demográfico.
Se echa en falta mencionar el sodio, aun siendo un elemento que en muchos foros se apuesta por él, para ser el substituto al litio, en temas de baterías.
Además, nuestro país es rico en sodio. Sobretodo, si mencionamos la minería potásica catalana.