Italia apuesta por afrontar uno de los principales desafíos del sector energético: la saturación de las redes eléctricas. En 2024, el país dio un paso firme hacia la transición energética con una inversión de 16,5 mil millones de euros para la modernización de su red eléctrica.
Fabrizio Sorge, especialista en energías renovables, analiza el sector energético italiano y asegura: “Esta inversión busca facilitar la integración de fuentes renovables como la solar y la eólica, cuya capacidad ha crecido de manera constante”.
“La expansión en curso de la red eléctrica y los sistemas de almacenamiento energético también está diseñada para mejorar la seguridad energética y reducir la dependencia de fuentes externas”, agrega. Sorge en diálogo con Energía Estratégica España.
Y enfatiza en que el país, al alinear sus políticas con metas de infraestructura a largo plazo, se posiciona como uno de los mercados líderes en Europa, con reformas regulatorias en curso y fuerte inversión en renovables.
Análisis del sector en 2024
El sector de energías renovables en Italia mostró un crecimiento significativo durante 2024, impulsado por políticas progresivas y grandes inversiones, según manifiesta el especialista. El país está acelerando su transición energética hacia fuentes renovables, con planes ambiciosos para que estas representen el 65 % de su mix energético para 2030, un aumento respecto a objetivos previos que refuerza el compromiso de Italia con sus metas.
“En particular, la energía solar fotovoltaica ha experimentado un resurgimiento, revirtiendo una desaceleración previa, aunque ciertas políticas, como las restricciones a la instalación de paneles solares en terrenos agrícolas, han generado controversia”, detalla Sorge.
El gobierno italiano está apostando por la diversificación tecnológica con la adopción de nuevos modelos de producción energética como las comunidades de energía renovable. Recientemente, la Comisión Europea aprobó una iniciativa de 5,7 mil millones de euros para fomentar este tipo de instalaciones.
“Estos proyectos descentralizan la producción energética, empoderando a empresas locales y ciudadanos para participar en iniciativas de energía limpia. Se espera que el enfoque en proyectos fotovoltaicos a pequeña escala acelere la transición verde de Italia, complementando las inversiones a gran escala en energía solar y eólica”, analiza Sorge.
Sin embargo, el especialista apunta a que el país enfrenta desafíos como su continua dependencia de las importaciones de energía y las vulnerabilidades relacionadas con el cambio climático.
“La sequía de 2022, que redujo significativamente la generación hidroeléctrica, evidenció los riesgos de depender en exceso de esta fuente renovable. En respuesta, Italia está diversificando su mix energético, explorando nuevas tecnologías como la agrivoltaica y mejorando su apoyo político a las renovables para mitigar estas vulnerabilidades”, detalla.
Y asegura que en 2025 se anticipa un crecimiento del sector, dependiendo de la mejora en los marcos regulatorios y la continuidad de la inversión. Sorge apunta que hay expectativas de añadir entre 5 y 6 GW de nueva capacidad renovable anual para avanzar hacia el objetivo de 70 GW adicionales para el 2030, y que el foco está puesto en tecnologías innovadoras como los sistemas solares híbridos y agrivoltaicos.
Impacto de las reformas regulatorias
Cabe recordar que Italia introdujo diferentes medidas regulatorias para transformar el sector de energías renovables durante el 2024 como el Decreto de Áreas Aptas, el Decreto Ambiental y el Texto Único FER.
En ese marco, Sorge apunta que las normativas contribuyen colectivamente a una transición energética más ágil y sostenible,mientras aborda desafíos clave como la optimización del uso del suelo, la protección ambiental y la necesidad de una aprobación más rápida de proyectos.
“Al simplificar procesos administrativos y fomentar la innovación, estas medidas no solo aumentan la confianza de los inversores, sino que también respaldan una transición energética más inclusiva y resiliente”, señala.
“Aunque los procesos de permisos siguen siendo un cuello de botella, con el 50 % de solicitudes fallidas y retrasos promedio de seis años, las reformas en curso muestran resultados iniciales positivos. La simplificación de permisos, incluida la eliminación de algunas competencias regionales para ciertos proyectos, podría acelerar la implementación”, agrega.
El papel del MACSE en el almacenamiento energético
Otra de las medidas que genera expectativas en el sector es el papel que tendrá el Mecanismo de Adquisición de Capacidad de Almacenamiento (MACSE), que busca añadir 9 GW adicionales de capacidad para 2030.
El consultor señala que este mecanismo proveerá ingresos estables a proyectos de almacenamiento, reduciendo riesgos financieros y permitirá integrar energía solar y eólica mejorando la estabilidad de la red.
Si bien Italia se posiciona como un mercado maduro en almacenamiento dentro de Europa ya que se encuentra en plena expansión con 12 GWh alcanzados en 2024 y un aumento de 1,74 GW en los primeros diez meses del año, todavía es necesario implementar ciertas medidas para su desarrollo.
Entre medidas claves, Sorge señala la necesidad de acelerarlos procesos de permisos para sistemas de almacenamiento a gran escala y expandir incentivos económicos, especialmente para almacenamiento distribuido y tecnologías emergentes.
“Se debe permitir mayor participación del almacenamiento en mercados de servicios auxiliares, capacidad y arbitraje energético y promover I+D en tecnologías de almacenamiento de próxima generación”, concluye.
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