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“Si no te posicionas otros lo harán”

Spain
abril 15, 2025

El nuevo mecanismo europeo permite combinar fondos y da aire al hidrógeno en España

El Director del Centro Nacional del Hidrógeno, Emilio Nieto, destaca que el nuevo Clean Industrial Deal habilita la compatibilidad de subvenciones y abre el acceso a proyectos que antes no cumplían con los requisitos, dando un impulso determinante a la descarbonización industrial en España.
By Milena Giorgi

By Milena Giorgi

abril 15, 2025
El nuevo mecanismo europeo permite combinar fondos y da aire al hidrógeno en España

La Comisión Europea ha redefinido el escenario de financiación para la descarbonización industrial con la implementación del Clean Industrial Deal, un mecanismo que, según destaca Emilio Nieto, Director del Centro Nacional del Hidrógeno de España (CNH2), facilita la compatibilidad entre diferentes esquemas de subvención europeos, permitiendo maximizar el apalancamiento de capital público y disminuir la exposición financiera de los inversores privados.

“Lo que busca la Comisión es lanzar una señal clara de compromiso con el desarrollo tecnológico sostenible”, manifiesta en diálogo con Eenergía Estratégica España.  

Este nuevo esquema complementa fondos como el Innovation Fund, permitiendo que un mismo proyecto pueda recibir subvenciones adicionales sobre el remanente no cubierto por mecanismos previos. 

“Si el Innovation Fund me financia el 40% del proyecto, y el Clean Industrial Deal me subvenciona otro 40% del restante, el desarrollador solo deberá asumir el 20% del total”, ejemplifica.

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Un entorno más competitivo para el hidrógeno

Esta nueva arquitectura financiera consolida condiciones más competitivas para los proyectos de hidrógeno renovable y bajo en carbono, reduciendo significativamente el riesgo de inversión. 

Nieto precisa que muchos de los desarrollos ya iniciados podrán reestructurarse y ser nuevamente postulados, ampliando su viabilidad técnica y financiera.

Además, el directivo señala que los siete valles del hidrógeno reconocidos por España —beneficiarios de apoyos nacionales y europeos— serán receptores clave de esta nueva ola de financiación: “Son proyectos que han avanzado en su madurez y que cuentan con respaldo a nivel regional, nacional o comunitario”, remarca.

Consolidación de la cartera nacional de proyectos

España exhibe actualmente una cartera de 361 proyectos de hidrógeno anunciados, de los cuales entre un 10 y un 15% se encuentran en operación, y cerca de 30 a 35 iniciativas han superado la Decisión Final de Inversión (FID) y están en fase de construcción. 

La clasificación técnica revela que aproximadamente un 30-35% se encuentra en TRL 6-7, en fase de escalado industrial, mientras que otro tanto permanece en fase piloto, postulándose a esquemas de financiación multilaterales.

“La evolución del portafolio es positiva y sostenida. España está en condiciones de cumplir —e incluso superar— los objetivos establecidos en la hoja de ruta para 2030”, asegura Nieto.

Ajustes técnicos para viabilidad económica

En paralelo a los avances financieros, los desarrolladores están adoptando estrategias de diseño más robustas, entre las que destaca el sobredimensionamiento de la capacidad de electrólisis como medida para gestionar la volatilidad del mercado eléctrico. 

Según Nieto, este enfoque permite operar de forma intensiva durante las franjas horarias con menor coste energético, maximizando el rendimiento del sistema.

“La capacidad instalada de los electrolizadores excede deliberadamente la demanda proyectada, permitiendo producir hidrógeno en momentos en que el coste de la electricidad tiende a cero”, explica el director. 

Esta arquitectura operativa proporciona márgenes financieros suficientes para mantener la estabilidad del modelo de negocio ante cambios regulatorios o de mercado.

Nuevas tecnologías bajo el radar europeo

El nuevo esquema promovido por la Alianza Europea del Hidrógeno también reconfigura el enfoque tecnológico, permitiendo ahora el desarrollo de soluciones basadas en hidrógeno azul, tecnologías de combustión directa y mezclas en redes de gas natural, las cuales habían sido excluidas en la política energética inicial de la Comisión.

“Se ha comprendido que el ritmo de reducción de costes no ha sido el esperado y que el desarrollo de proyectos requiere flexibilidad regulatoria”, puntualiza el referente. 

Esta decisión genera nuevas oportunidades en mercados como el portugués, donde ya se ejecutan pilotos de inyección de hidrógeno en red.

Cambio de paradigma hacia 2025

De cara al corto plazo, Nieto proyecta que 2025 será un año de consolidación estructural, donde los proyectos más sólidos —técnica y financieramente— ganarán protagonismo. 

“Estamos en una etapa de madurez del ecosistema. Los proyectos que sobreviven son los que tienen un modelo de negocio bien estructurado”, sostiene.

El especialista considera esencial que el enfoque de producción no se oriente exclusivamente a la exportación, sino a cubrir primero la demanda industrial doméstica. 

Sectores como el acero, la cerámica, el vidrio y las cementeras deben constituir el núcleo de esa demanda interna, con la eventual exportación de excedentes como opción complementaria.

Consultado sobre las prioridades que, desde su perspectiva institucional, deberían orientar la política nacional en torno al hidrógeno, Emilio Nieto identifica cuatro líneas de actuación estructurales que permitirían acelerar la consolidación del ecosistema industrial bajo estándares de competitividad, autonomía estratégica y neutralidad tecnológica.

En primer lugar, considera imprescindible establecer mecanismos institucionales que incentiven la colaboración entre actores industriales, centros tecnológicos y desarrolladores de proyectos. 

“Observamos una fragmentación del ecosistema, donde los promotores aún actúan de forma aislada y comparten escasamente aprendizajes o capacidades técnicas. La configuración de una estrategia-país exige consorcios integrados y estructuras de gobernanza que prioricen las sinergias”, argumenta.

En segundo término, plantea la necesidad de que el valor añadido generado por la cadena de valor del hidrógeno permanezca en el tejido productivo nacional

Desde su óptica, esto implica avanzar en la localización de capacidades industriales, desde la fabricación de componentes críticos hasta el desarrollo de servicios de ingeniería, operación y mantenimiento. 

“No se trata de excluir actores externos, sino de reforzar la competitividad de nuestras empresas frente a fabricantes asiáticos o americanos, con políticas industriales activas”, enfatiza.

Tercero, aboga por una apertura estratégica hacia la neutralidad tecnológica, permitiendo que otras soluciones bajas en carbono —como las baterías, la economía circular o tecnologías de Power-to-X— accedan a los mismos instrumentos de financiación y visibilidad institucional. “El hidrógeno es clave, pero no es la única palanca de descarbonización. La estrategia nacional debe reflejar ese enfoque multidimensional”, sostiene.

Finalmente, Nieto subraya la importancia de adoptar criterios de proporcionalidad y escalabilidad en el diseño de los proyectos, de modo que estén alineados con la demanda real y no sobredimensionados por expectativas especulativas o compromisos contractuales inflexibles y concluye que se debe “evitar proyectos en papel sin correlación con la capacidad de absorción del mercado. Se requiere una planificación adaptativa y orientada a la integración sectorial”.

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