Los Países Bajos emergen como uno de los mercados más prometedores para el almacenamiento de energía en Europa, gracias a su gran potencial. No obstante, enfrenta barreras regulatorias significativas, que podrían frenar su desarrollo.
Chema Zabala López, director general de Alantra Energy Transition, explica a Energía Estratégica España: «El gran obstáculo a día de hoy en los Países Bajos es que el almacenamiento está sometido a peajes costosos cuando compra electricidad de la red«. Lo que sucede es que este precio elevado reduce la competitividad de los proyectos de almacenamiento y limita su expansión.
Sin embargo, el ejecutivo sostiene que actualmente se están realizando esfuerzos para modificar esta situación, lo que podría transformar el panorama del sector en el corto plazo: “Ahora mismo se está trabajando en una regulación para reducirlo”. Zabala López sugiere entonces que de implementarse estos cambios, el mercado podría experimentar un importante impulso.
Indudablemente, el crecimiento del mercado de almacenamiento está estrechamente vinculado con la expansión de las energías renovables. En 2023, el 48% de la electricidad se generó a partir de fuentes renovables, como la solar, eólica e hídrica. Entre mayo y julio, más de la mitad de la electricidad generada en el país procedía de fuentes renovables, alcanzando el 57% en julio.
Según la Oficina Central de Estadística de los Países Bajos (CBS), la producción de fuentes renovables aumentó un 21% en comparación con el año anterior, mientras que la proporción de electricidad generada a partir de combustibles fósiles disminuyó.
La producción de electricidad a partir de energía eólica y solar ha sido clave en este crecimiento. De hecho, en 2023, la producción de energía eólica aumentó en un 35%, alcanzando los 29.000 millones de kWh, impulsada por la mayor capacidad instalada de turbinas tanto terrestres como marinas.
Por su parte, la energía solar alcanzó los 21.000 millones de kWh, un incremento del 24% respecto al año anterior, debido principalmente a un aumento en la capacidad de los paneles solares instalados.
Los combustibles fósiles, especialmente el gas natural, están cada vez menos disponibles en los Países Bajos. El gobierno neerlandés está impulsando gradualmente la transición hacia energías sostenibles. Para 2030, el objetivo es generar el 70% de la electricidad de manera sostenible, y para 2050, casi toda la energía deberá ser sostenible y neutra en carbono.
Un mercado clave
A pesar de estos obstáculos, el sector neerlandés tiene un gran potencial. Con un pipeline de más de 70 GW de proyectos en desarrollo, las oportunidades para los inversores son abundantes. «Hay planes ambiciosos en el país, y con una regulación más favorable, podríamos ver un despliegue masivo de capacidad en los próximos años», afirma Zabala Lopez.
Este dinamismo es el que ha convertido a la nación neerlandesa en un mercado atractivo para los desarrolladores de proyectos, a pesar de las barreras iniciales. La posibilidad de ajustar la regulación para reducir los costos de los peajes podría desbloquear una gran capacidad de reserva, lo que colocaría a este país a la par de Reino Unido en términos de volumen instalado.
Además, los Países Bajos cuentan con una ventaja clave: su sistema energético está altamente interconectado con el de los países vecinos, lo que le permite ofrecer servicios energéticos en situaciones de estrés a lo largo de Europa Central. Esta región, que enfrenta una alta demanda de energía y aún depende en gran medida de combustibles fósiles, como el gas y el carbón, podría beneficiarse enormemente de los servicios de almacenamiento neerlandeses.
José Manuel Menéndez, vicepresidente de Alantra Energy Transition, agrega: «Holanda tiene un posicionamiento estratégico muy beneficioso para contribuir a estos servicios y aprovecharse de los esquemas de remuneración de servicios de balance que hacen muy atractivo su mercado».
Este posicionamiento refuerza la capacidad del país para participar en los mercados energéticos europeos y, a largo plazo, consolidarse como un actor clave en la transición energética.
En relación con los objetivos energéticos neerlandeses, el pipeline proyectos de almacenamiento de energía es prometedor, pero aún plantea dudas sobre su capacidad para cumplir con las metas de sostenibilidad establecidas para 2030 y 2050. Si bien representa una oportunidad significativa, su éxito dependerá de la superación de barreras regulatorias.
Incluso con este volumen en desarrollo, será crucial que la regulación evolucione para garantizar que estos proyectos puedan desplegarse a tiempo y en la escala necesaria para cubrir la creciente demanda de almacenamiento que exige la transición hacia una energía completamente sostenible.
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