La Comisión Europea ha propuesto nuevas medidas de emergencia para hacer frente a la actual crisis energética. Después de la invasión rusa de Ucrania y su reducción deliberada de los flujos de gas, los precios de la energía en Europa se han disparado. Impulsados por el alto precio del gas, los precios de la electricidad se han multiplicado por 10 durante el último año, poniendo a las familias y empresas europeas bajo una presión cada vez mayor.
La Comisión ha propuesto hoy, entre otras cosas, la introducción de un precio máximo de 180 €/MWh para los llamados «productores inframarginales de electricidad». Estos incluyen energía eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica, nuclear y de lignito.
La diferencia entre el precio mayorista de la electricidad y el tope de 180 €/MWh sería recuperada por los Gobiernos Nacionales para financiar medidas de eficiencia energética, ayudar a los hogares vulnerables a pagar sus facturas y apoyar a las empresas afectadas por la crisis energética.
El precio máximo es para toda la UE y tecnológicamente neutral, lo que significa que se aplica por igual a todos los Estados miembros y a todos los productores inframarginales.
Y se aplica a los ingresos generados por todos los acuerdos contractuales del mercado, incluida la electricidad vendida en el mercado mayorista, en virtud de un contrato de compra de energía (PPA), así como coberturas a plazo.
La Comisión aclaró que los ingresos de los PPA de energía eólica y las coberturas a plazo normalmente estarían por debajo del límite de 180 €/MWh.
Sin embargo, la propuesta de la Comisión Europea permitiría a los Estados miembros ir más allá en la limitación de los ingresos de los productores de electricidad inframarginales. Y se permitiría a los Estados miembros mantener los precios máximos ya introducidos. Eso no es útil.
“Europa necesita más energías renovables lo antes posible para reducir su excesiva dependencia de las importaciones rusas de combustibles fósiles y superar la actual crisis energética. Un mosaico de diferentes topes de precios, introducidos unilateralmente por Estados miembros individuales, crea incertidumbre en la inversión”, contemplan desde la WindEurope.
Por su parte, el CEO de la entidad, Giles Dickson, observa: “La UE quiere una gran expansión de las energías renovables para ayudar a salir de la actual crisis energética. Eso significa un montón de nuevas inversiones en energía eólica y solar. Pero los inversores necesitan visibilidad”.
“Por lo tanto, un límite para toda la UE sobre los ingresos de la energía eólica debería ser precisamente eso: un único límite para toda la UE. Permitir que los países se desvíen de él y tengan límites más bajos crea confusión e incerteza, y ralentizará las inversiones que tanto necesitamos”, argumenta.
La Comisión Europea ha diseñado el tope para que no se aplique a aquellos parques eólicos que no están ganando los precios mayoristas de electricidad de hoy.
La mayoría de los parques eólicos en Europa son, de hecho, de renta fija: ya sea de un contrato gubernamental, un PPA con un consumidor industrial, o se han protegido contra precios de mercado tanto más bajos como más altos.
El Reglamento de la UE propuesto incluye una contribución solidaria de las empresas de combustibles fósiles que han obtenido importantes beneficios extraordinarios.
A estos productores de petróleo y gas se les pedirá que aporten al menos el 33% de sus beneficios excedentes generados en 2022. Los Estados miembros pueden aplicar tipos más elevados.
Estas contribuciones solidarias deben usarse para apoyar a los hogares, para ayudar a las industrias de alto consumo energético en la transición a las energías renovables y para financiar proyectos transfronterizos.
La Comisión Europea estima que el tope a los productores de energía inframarginales y la contribución solidaria generarán en conjunto 140.000 millones de euros de ingresos.
Están respaldados por una reducción obligatoria del consumo bruto mensual total de electricidad del 10% y un objetivo vinculante de reducir la demanda de electricidad durante las horas pico en al menos un 5%. Los Estados miembros pueden elegir cómo cumplir estos objetivos de reducción de la demanda. Estos objetivos tienen sentido.
La propuesta de la Comisión ahora será discutida por los Ministros de Energía de la UE, en un Consejo de Energía extraordinario el 30 de septiembre. Luego, las medidas deberían entrar en vigor por un período de un año, con la opción de prolongarse si la crisis energética continúa. La Comisión está comenzando ahora a trabajar en los cambios a largo plazo en el diseño del mercado eléctrico de la UE.
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