El PERTE de almacenamiento energético, financiado con fondos Next Generation EU, se encuentra en el centro de la preocupación del sector debido a los plazos ajustados y los retos administrativos que enfrentan los proyectos seleccionados.
Según Andrés Pinilla Anton, Head of BESS Sales Iberia en Mars Renewable Iberia, existe un alto riesgo y en diálogo con Energía Estratégica España afirma: «Sabemos que el plazo para desarrollar estos proyectos es muy justo, y muchas empresas no lograrán completarlos debido a las trabas administrativas».
El programa asignó un total de 150 millones de euros, a una potencia de 690,2 MW para 35 sistemas stand-alone. Sin embargo, los retrasos en la concesión de permisos podrían poner en riesgo estas cifras.
«La Administración se ha tomado un año para resolver la convocatoria, y ahora muchas empresas no tendrán tiempo suficiente para completar las fases de desarrollo», añade el directivo.
El mayor desafío es la naturaleza de los fondos europeos, que deben ejecutarse antes de junio de 2026.
«Si no se cumplen los plazos, habrá que devolver el dinero a Europa, lo que podría suponer la pérdida de hasta la mitad de los 150 millones de euros destinados al almacenamiento eléctrico», advierte Pinilla y señala que con el año que se ha tomado el Gobierno para publicar la resolución definitiva sumado al tiempo de la tramitación, la incertidumbre crece.
Externalidades: un criterio controvertido
El criterio de externalidades, que considera aspectos no económicos como el impacto local y la participación comunitaria, generó controversia durante el proceso de selección. Según Pinilla, este aspecto fue clave para muchos proyectos, pero también introdujo subjetividad en las evaluaciones. «El problema es que, al ser subjetivo, las externalidades han penalizado a muchos desarrolladores que no alcanzaron el mínimo de seis puntos necesario para ser seleccionados», detalla.
Aunque este criterio busca promover un impacto positivo en las comunidades locales, Pinilla sugiere implementar indicadores más objetivos. «Sería ideal que se solicite documentación específica, como acuerdos con universidades o contratos con empresas locales, para garantizar que el impacto sea real y equitativo», propone.
A pesar de los retos, el mercado muestra señales de optimismo gracias a la caída del 60% en los precios de los sistemas de almacenamiento desde octubre de 2023.
Este fenómeno podría facilitar la viabilidad económica de futuros proyectos, tanto stand-alone como híbridos.
«Con esta tendencia, los próximos proyectos serán más rentables, lo que abre una ventana de oportunidad para el sector», concluye Pinilla.
El listado definitivo del PERTE incluyó 48 proyectos, dejando fuera a más de 100 iniciativas por incumplimientos técnicos o documentales. Se puede decir que el sector ha aprendido valiosas lecciones para futuras convocatorias y el ejecutivo coincide remarcando que «la madurez del mercado ha mejorado notablemente, y ahora todos los actores tienen una visión más clara de lo que se necesita para desarrollar proyectos sólidos».
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