El sector del biogás en España continúa enfrentándose al desafío de la implementación de una normativa europea de gestión de residuos que, según expertos, está obstaculizando significativamente el desarrollo de esta industria debido a que los costes de su cumplimiento son mayores que el valor del biogás producido.
“La normativa incluye estrictas medidas de higienización de lodos que está generando costos prohibitivos para las plantas de biogás, ya que impide cualquier rentabilidad económica”, expresa Oscar Bartomeu Orozco, gerente de Biovec.
En diálogo con Energía Estratégica España comenta que estas exigencias técnicas y burocráticas son tan complejas que requieren de más empleados que los necesarios para producir el gas y muchas de las plantas existentes evalúan su cierre, amenazando un retroceso para el sector.
Se trata del Real Decreto 1051/2022 que establece normas básicas para la nutrición sostenible de suelos agrarios, promoviendo prácticas agrícolas mínimas para la aplicación racional de nutrientes, y regula la valorización de residuos en suelos agrícolas y jardinería, conforme a la Ley 7/2022.
Este establece que los lodos de origen vegetal deben ser sometidos a un proceso de higienización que implica mantener el material a 70 grados durante una hora.
“Este requiere una infraestructura sofisticada, incluyendo tanques, bombas e intercambiadores, además de sus informes y tramitaciones, lo que encarece enormemente la operación de las plantas”, explica el gerente de Biovec.
Según describe el informe presentado por la firma a la Asociación Española de Biogás hasta el momento, lo que se hace es analizar el digestato y asegurar de que cumple con los estándares de E-coli, Salmonella y otros parámetros para poder aplicarlo según Plan de Abonado, demostrando que es suficiente para garantizar la aplicación al campo de forma segura.
Por ello Bartomeu Orozco sostiene que “no debería existir el requisito de higienización de lodos” y añade que al mantener rangos específicos de temperatura, tiempo de retención y utilizar un post digestor, el digestato resultante carece de patógenos y, por ende, es seguro, sin necesidad de implementar un tratamiento adicional que no añadiría valor alguno.
En este sentido, señala la incongruencia respecto a lodos de diferentes orígenes: “No tiene sentido que se obligue a higienizar lodos de origen vegetal, mientras que los de mataderos no, que podrían tener un mayor riesgo biológico, pero sus regulaciones son diferentes”.
Incluso, esta confusión se traslada a nivel local y las autoridades que deben aplicar estas exigencias están retrasando su implementación, esperando que se realicen modificaciones al RD.
“España ha querido adelantarse en la aplicación de esta normativa europea sin que esté completamente desarrollada, resultando en una regulación confusa y difícil de aplicar”, enfatiza.
A pesar de estos desafíos, Bartomeu Orozco sugiere que la normativa podría ser revisada y mejorada y en su informe plantea cambios que no sólo facilitarían la gestión de digestatos, sino que también promoverían prácticas agrícolas más sostenibles y viables económicamente.
- Se propone aclarar que el límite del 25% de materia orgánica debe aplicarse a los sólidos totales del digestato, evitando interpretaciones que podrían cerrar numerosas plantas de biogás.
- Se recomienda permitir que los digestatos derivados exclusivamente de deyecciones ganaderas sean tratados bajo la misma normativa que las deyecciones no digeridas, simplificando su gestión administrativa y reduciendo costos.
- La necesidad de realizar análisis detallados para cada parcela es costosa y poco práctica. Se sugiere permitir la unificación de parcelas con características similares para reducir la cantidad de análisis necesarios.
- Incluir una sección específica en el decreto para regular la integración de digestatos de biogás, facilitando su gestión sin trámites adicionales.
Ganaderos y agricultores han expresado su apoyo a estas propuestas, destacando la importancia de una regulación clara y eficiente para maximizar los beneficios del biogás en España.
La industria del biogás, vital para la transición energética y la reducción de emisiones, podría verse seriamente afectada si no se abordan adecuadamente las críticas y preocupaciones del sector.
“Es fundamental que se promuevan regulaciones coherentes y prácticas que realmente apoyen el crecimiento del biogás, en lugar de obstaculizarlo”, concluye Bartomeu Orozco.
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