Finalmente el Consejo de Ministros ha aprobado de manera definitiva la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, después de casi tres meses de haber vencido el plazo impuesto por la Comisión Europea (30 de junio).
Presentado por la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, establece algunas modificaciones “leves y pragmáticas” como lo han manifestado algunos referentes del sector.
Se espera que para 2030, el 81% de la generación eléctrica provenga de energías renovables, con un total de 214 GW de potencia instalada, de los cuales 160 GW serán de origen renovable y 22,5 GW corresponderán a almacenamiento.
Hay un aumento de la cuota de energías renovables en el uso final de la energía hasta el 48% (un incremento del 6% respecto al PNIEC anterior), una mejora de la eficiencia energética del 43% y una ambiciosa reducción del 32% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en comparación con 1990.
Además, la producción de hidrógeno verde también experimenta un salto considerable, con un objetivo de 12 GW de electrolizadores para 2030, triplicando la meta anterior.
Según Ribera, esta actualización ofrece “una orientación clara para la inversión en el país, un marco estratégico que permite visualizar de qué forma la energía, la conciliación con las políticas climáticas y la vinculación a las políticas industriales son una gran oportunidad para generar desarrollo, empleo, innovación y transformación del sistema energético”.
Esto ha generado múltiples reacciones entre los actores del sector energético con celebraciones por la ambición y críticas por la falta de contemplación por el lento crecimiento de la electrificación.
Javier Peón, Ex Consejero de la Comisión Nacional de Energía (CNE), expresa a Energía Estratégica España que algunos ajustes realizados, como la reducción en la inversión en redes, son un paso en la dirección equivocada, ya que “tenemos un auténtico problema en España porque no tenemos capacidad de acceso y conexión para la nueva generación y la nueva demanda”.
Asimismo, considera que insistir en mantener el cierre de nucleares, reduciendo su potencia instalada en 2030 a la mitad de lo que hay hoy es “un error ya que es energía sin emisiones y con precios competitivos”.
Por su parte, Ismael Morales de Fundación Renovables, también se mostró crítico respecto a las metas de electrificación del PNIEC, subrayando que “el principal problema es que no se ha apostado decididamente por la electrificación”
Indica que la descarbonización de la industria en electricidad roza el 90% y en las otras tecnologías se reducen en torno al 60%, en función del proceso de producción.
“El principal riesgo de no hacerlo es que, si no aumenta la demanda, la oferta de producción renovable no va a aumentar y, por tanto, los objetivos de potencia renovable a 2030 serán complicados de cumplir”, opina.
En un comunicado, la Fundación Renovables sostiene que, aunque se ha establecido por primera vez un objetivo de electrificación, el plan no responde adecuadamente a las demandas de la sociedad civil.
Criticaron la reducción de metas clave, como el porcentaje de renovables en el sector transporte, y señalaron que la cifra de reducción de emisiones del 32% para 2030 está “muy por debajo del 55% establecido por Bruselas”.
Las asociaciones empresariales que se han manifestado celebraron este nuevo plan, aunque remarcaron desafíos por cumplir como una mayor inversión en redes, almacenamiento y marcos normativos.
Fotovoltaica
La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha valorado muy positivamente el compromiso del Gobierno con esta tecnología.
“El reto es ambicioso pero necesario para lograr la descarbonización de nuestro país”, remarca el ejecutivo en diálogo con Energía Estratégica España y subraya en el comunicado la necesidad de “apuntalar la ventaja competitiva ya que, por primera vez en la historia, existe una revolución industrial, con un precio de la energía eléctrica a menos de la mitad de la media europea”.
Con la actualización del PNIEC, el Gobierno espera que la fotovoltaica contribuya significativamente al incremento del 3,2% del PIB que se proyecta como consecuencia del impulso renovable.
UNEF destaca que la fotovoltaica, además de ser una fuente de energía limpia y abundante, es clave para el desarrollo económico de las regiones rurales y para la independencia energética de España frente a los combustibles fósiles.
No obstante, Donoso señala que para alcanzar estos ambiciosos objetivos es fundamental que tanto la industria como la sociedad sigan colaborando en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrenta el sector.
Entre ellos, la aceptación social de las instalaciones fotovoltaicas es uno de los más importantes, así como el desarrollo de un marco regulatorio que incentive el almacenamiento.
Eólica
La Asociación Empresarial Eólica ha destacado que, tras la aprobación del PNIEC, se mantienen los objetivos de instalar 62 GW de capacidad eólica para 2030, incluyendo 3 GW de eólica marina.
Para alcanzar estas metas, es fundamental acelerar la tramitación e instalación de proyectos eólicos de manera ágil y lineal, con un enfoque integral que considere la cadena de valor en España.
Asimismo, subrayan la importancia de fomentar la electrificación y diseñar subastas de energía renovable que prioricen la descarbonización. El sector eólico, clave para la economía nacional, seguirá siendo protagonista en el cumplimiento de los objetivos del PNIEC.
Hidrógeno
El PNIEC contempla un aumento significativo de la capacidad de producción de hidrógeno verde, una tecnología que ha sido priorizada en el contexto de los fondos Next Generation EU.
El sector ha expresado preocupación por el aumento del objetivo de potencia instalada de electrolizadores de 11 a 12 GW para 2030, considerándolo un desafío complejo de cumplir.
Uno de los principales motivos es la baja previsión de demanda de hidrógeno verde a los precios actuales y proyectados, lo que dificulta la justificación de dicha capacidad.
Además, el sector señala que no se están desarrollando a tiempo los refuerzos necesarios en la red eléctrica para garantizar la conexión y operación de este volumen de electrolizadores, lo que añade incertidumbre al cumplimiento del objetivo.
Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), asegura que es ambicioso cumplir con los objetivos fijados pero que “será factible si se superan ciertos desafíos”. [Leer nota completa: ¿Se podrán cumplir los objetivos del hidrógeno verde al 2030?]
Impacto socioeconómico
Uno de los aspectos más destacados del nuevo PNIEC por todos los referentes es el gran impacto en la economía y en la generación de empleo.
Javier Robledo lo describe en su resumen aclarando que se estima que se movilizará una inversión total de 308.000 millones de euros hasta 2030, de los que un 82% será privada y un 18%, será pública (un 13%, de fondos europeos). El 37% de esa inversión se destinará a energías renovables, el 28% a ahorro y eficiencia, el 17% a redes energéticas y el 17% a la electrificación de la economía.
Se calcula que el PIB crezca un 3,2% con relación al escenario tendencial y se creen 363.000 y 560.000 puestos de trabajo en 2025 y 2030, respectivamente, gracias, entre otros factores, al relevante papel que jugará la reindustrialización. La generación de empleo, que se reparte por todos los sectores económicos, tendrá especial incidencia en industria, energía o construcción.
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