Desde el 17 de julio y hasta el próximo 15 de septiembre las empresas tendrán la posibilidad de postularse a ayudas por 837 millones € para proyectos de producción de baterías del vehículo eléctrico del año 2023, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
De acuerdo a los considerandos de la convocatoria, el sector de la automoción juega un papel estratégico en la economía española, al tener un importante efecto tractor sobre numerosas regiones, por su peso en el Producto Interior Bruto nacional, por el empleo directo e indirecto que genera, por su aportación a la balanza comercial y a la inversión en innovación que se refleja en una constante mejora de nuestra competitividad: representaba antes de 2020 hasta el 10% del Producto Interior Bruto y el 19% del total de las exportaciones españolas.
El sector da empleo en 2023 a 650.000 personas de manera directa y casi 2 millones de puestos de trabajo en total están ligados de algún modo a élr. Las plantas del sector automoción y su cadena de valor en España emplean además un importante número de puestos de trabajo de alta cualificación, con buenas condiciones y abundantes externalidades positivas en el tejido industrial de las regiones donde están instaladas.
La coyuntura del sector, no obstante, dista de ser favorable desde el año 2020, cuando a los cortes de las cadenas de suministro mundiales se han unido las intensas caídas de la demanda en nuestros mercados de exportación ante las medidas de restricción de la movilidad.
A estas circunstancias, se ha sumado la escasez de algunos componentes críticos y el aumento de los costes energéticos derivados de los efectos en los mercados internacionales de la invasión rusa de Ucrania.
Estas circunstancias hacen urgente acelerar el profundo cambio de paradigma que ya se está produciendo en el ecosistema de la movilidad, hacia el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado.
Este cambio introduce innovaciones disruptivas en toda la cadena de valor, basadas en los pilares de la doble transición como son la reducción de emisiones, el avance hacia un sector más circular, la reducción del consumo de energía y de combustibles fósiles, el uso de energías renovables y la digitalización.
Afrontar este proceso transformador es un reto de carácter estratégico para la economía española y europea, que requiere de actuaciones y capacidades que desbordan las de estricto carácter industrial y que deben ser acometidas también desde otros ámbitos, muchos de ellos novedosos, para conseguir el objetivo último: una nueva industria de automoción para una nueva movilidad.
Ello en línea con los principios básicos de la Unión Europea de transformación digital y medioambiental, con objetivos ambiciosos como la reducción del 100% de emisiones de CO2 para ciertos vehículos nuevos en 2035 negociada en el paquete “Fit for 55”.
El proceso descrito implica la participación del sector privado a través de inversiones, tanto nacionales como extranjeras, que permitan hacer realidad sus objetivos, con el apoyo del sector público.
El interés público de las referidas inversiones resulta incuestionable, especialmente en el marco definido por las libertades del mercado interior, dada su evidente necesidad para posibilitar la transformación y el desarrollo futuro de este sector estratégico para nuestro país.
0 comentarios