La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de este año, consiguiendo 295 votos electorales frente a los 226 de Kamala Harris, trae consigo incertidumbre para el sector de energías renovables en Europa. A pesar de la consolidación de políticas verdes durante la administración demócrata anterior, el retorno del exmandatario al poder podría significar un cambio drástico en las dinámicas de cooperación energética, afectando directamente a la industria de las energías limpias en Europa.

Fuente: AP News.
Proteccionismo y producción nacional en el foco de EE.UU.

Manuel Parra Palacios, analista-documentalista en áreas científicas y técnicas en Repsol.
Manuel Parra Palacios, analista-documentalista en áreas científicas y técnicas en Repsol, advierte a Energía Estratégica España sobre las prioridades del gobierno de Trump, que tradicionalmente ha sido un aliado de las industrias de combustibles fósiles. “Trump ha sido un aliado de las industrias con mayor huella de carbono, que son muy importantes en los estados donde ha alcanzado mayoría”, comenta Palacios, quien subraya que estas políticas podrían provocar una desaceleración en la transición energética en EE.UU.
Aunque reconoce que “las inversiones del IRA demócrata también han alcanzado notables ventajas”, el analista destaca que la administración Trump probablemente optará por continuar el apoyo a las tecnologías limpias solo en la medida en que promuevan la independencia tecnológica de EE.UU., especialmente frente a la competencia china.
Por otro lado, Borja Pérez Planells, fundador de la Academia de Energía Solar y Solar & Storage Product & Applications Engineer en Power Electronics, añade una perspectiva complementaria sobre el proteccionismo de Trump y sus posibles efectos. A su juicio, aunque Trump no es un defensor de las renovables, su política enfocada en reducir la dependencia de importaciones y fortalecer la producción nacional podría “jugar a favor de las energías renovables en ciertos aspectos”.

Borja Pérez Planells, fundador de la Academia de Energía Solar y Solar & Storage Product & Applications Engineer en Power Electronics.
Pérez Planells recuerda que, pese a su postura crítica, el actual contexto de EE.UU. ha puesto en marcha incentivos que buscan la fabricación local de componentes como paneles solares, inversores y baterías.
El posible retroceso en los compromisos internacionales
El retorno de Trump también trae inquietudes para la agenda global de sostenibilidad, especialmente en relación con los compromisos del Acuerdo de París. Bajo su anterior mandato, EE.UU. se retiró de este pacto climático, lo que generó una significativa repercusión simbólica.
Ahora, Parra Palacios comenta que, aunque el compromiso europeo con el Acuerdo de París representa “apenas entre el 6 y 8% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GHG)”, la falta de alineación entre Europa y EE.UU. podría reducir la presión sobre otras economías para adoptar medidas similares. “El compromiso de Europa no logra arrastrar al resto del mundo”, sostiene Parra Palacios, quien considera que esta situación quedará en evidencia en la próxima COP29.
El desafío europeo: preservar su competitividad en energías limpias
Desde la perspectiva europea, el regreso de Trump podría implicar una creciente competencia en la carrera tecnológica, especialmente en sectores como el eólico marino y la generación solar. La política de barreras arancelarias de EE.UU. frente a productos de energía limpia de China, señala Parra Palacios, “implicará un mayor apoyo a la tecnología nacional estadounidense, pero sin aprovechar las mejores innovaciones disponibles, que en su mayoría están en China”. Esta situación plantea un dilema para Europa, que podría ver cómo se limita la adopción de ciertas tecnologías en favor de una industria más protegida pero menos avanzada.
De hecho, el contexto europeo también enfrenta desafíos internos. A pesar de su compromiso con las energías limpias, algunas empresas e industrias en Europa están mostrando una menor disposición a acelerar la transición energética.
El reciente informe de Mario Draghi advirtió sobre la necesidad de reforzar la competitividad de la industria verde europea, que podría perder terreno frente a actores como China y, en menor medida, Estados Unidos. Parra Palacios describe este panorama como “un escenario que no es muy favorecedor para la sostenibilidad”, ya que las empresas locales temen perder competitividad en un mercado cada vez más exigente.
Por su parte, Borja Pérez Planells considera que la resiliencia y capacidad de adaptación del mercado europeo permitirá que siga avanzando en su agenda de sostenibilidad, aunque admite que la postura proteccionista de Trump puede introducir “cierta incertidumbre a nivel global”. Sin embargo, recalca la ventaja de Europa al contar con “una política energética bien definida y un fuerte apoyo social hacia la transición verde”, elementos que, a su juicio, le permitirán sostener el liderazgo en energías renovables.
El retorno de Trump genera una mezcla de desafíos y oportunidades para el sector de energías renovables en Europa. Por un lado, la falta de cooperación internacional y el enfoque proteccionista de EE.UU. pueden generar un retroceso en la integración de tecnologías limpias a nivel global.
Conjuntamente, expertos como Pérez Planells destacan que el compromiso europeo con la sostenibilidad sigue firme y cuenta con la capacidad de adaptarse a nuevos escenarios, incluso en un contexto de competencia global. La incertidumbre es palpable, pero el sector de renovables europeo parece decidido a mantener el rumbo hacia una economía verde y resiliente.
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