Se ha publicado finalmente el Real Decreto 962/2024, el cual regula la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables en instalaciones ubicadas en el mar, que la eólica marina tanto esperaba.
El decreto establece el procedimiento de concurrencia competitiva para la adjudicación simultánea de derechos clave para el desarrollo de proyectos eólicos marinos, incluyendo el régimen económico de energías renovables, la reserva de capacidad de acceso a la red eléctrica y la concesión de ocupación del dominio público marítimo-terrestre.
Esto significa que se combina en un solo proceso el acceso a la red, el espacio marítimo y la tarifa, algo que más de uno de los líderes de los equipos offshore de las promotoras esperaban.
Kiko Maza, experto en energías renovables y CEO de WeMake Consultores, considera que este formato es una simplificación del proceso que puede tener ventajas en términos de rapidez, pero que plantea interrogantes sobre su competitividad.
“No creo que sea una solución más competitiva ni eficiente, sólo más rápida y sencilla», señala en diálogo con Energía Estratégica España, al compararlo con el sistema británico, donde las subastas diferenciadas han demostrado ser altamente competitivas.
En este sentido, explica que el enfoque de «3 en 1» facilita la implementación de los primeros proyectos, pero limita la capacidad de los desarrolladores para medir el recurso eólico en detalle en la zona asignada.
Esta incertidumbre podría llevar a los desarrolladores a asumir precios más altos en sus pujas, lo que Maza califica como “una desventaja económica” ya que los developers deberán ofertar “a ciegas”.
Las subastas estarán abiertas a proyectos ubicados en las zonas de alto potencial para la energía eólica marina, previamente delimitadas por los planes de ordenación del espacio marítimo aprobados en febrero de 2023.
“Pese a que se convoque subasta en 2025, hay que armarse de paciencia porque la espera para ver el primer proyecto flotante va a ser larga”, advierte el consultor, ya que este proceso incluye múltiples fases, como el diálogo público obligatorio que se incluye en este RD, la concesión de permisos, estudios, tramitaciones administrativas, diseño y construcción, entre otros.
En este sentido, también cuestiona la viabilidad de los objetivos planteados en el PNIEC 2023-2030, que establece una capacidad instalada de 3 GW.
Maza reconoce que es positivo tener metas ambiciosas, pero considera que estos objetivos no son realistas dados los plazos y procesos actuales y opina: “El objetivo no es pero marca un camino».
Para el experto, lo más realista sería pensar en un proyecto más pequeño, de entre 200 y 300 MW, que permita adquirir experiencia y perfeccionar el proceso para futuros desarrollos.
La innovación de la mano de proyectos menores a 50 MW
El decreto también considera excepciones para instalaciones innovadoras de menores a los 50 MW de potencia instalada, que no participarán en las subastas.
Estas estarán sujetas a un procedimiento administrativo específico y podrán situarse fuera de las zonas de alto potencial, según expresa el documento.
Además, se detallan los requisitos técnicos, financieros y medioambientales que deberán cumplir los proyectos para poder participar en las subastas, así como los criterios de evaluación de las ofertas, los cuales combinarán aspectos económicos y cualitativos, tal como se había anunciado anteriormente.
Para Maza, esta exclusión tiene sentido desde el punto de vista de la innovación, ya que muchos de estos proyectos se centran en el desarrollo de prototipos.
Sin embargo, destaca que el criterio de innovación no será necesario para proyectos que consistan en un solo aerogenerador y una duración de cinco años.
Desafíos técnicos y financieros para alcanzar 3 GW hacia 2030
Uno de los aspectos que más preocupa al CEO de WeMake Consultores, es el nivel de riesgo que los desarrolladores enfrentarán en la primera subasta de eólica marina.
Señala que, al tratarse de proyectos pioneros, los riesgos financieros y tecnológicos serán los más significativos.
“Fundamentalmente serán los típicos riesgos del pionero: financieros y tecnológicos”, comenta.
Desde una perspectiva financiera, la falta de experiencia en proyectos similares en España (track record) complicará la estimación precisa de los precios de puja, lo que podría afectar la viabilidad económica de los proyectos.
En cuanto a los riesgos tecnológicos, Maza subraya que las soluciones flotantes siguen siendo en su mayoría prototipos, lo que añade una capa adicional de incertidumbre.
Esto, sumado a la falta de datos detallados sobre el recurso eólico en las áreas de desarrollo, puede resultar en mayores costos y, por lo tanto, el mercado español podría perder competitividad.
A pesar de los desafíos, el consultor reconoce que empresas como Saitec, X1 Wind y Esteyco están a la vanguardia de la innovación en España, mientras que en Europa destacan compañías como Ideol, Principle Power y Stiesdal y todo este avance podría aprovecharse.
“Se echa de menos más implicación de los grandes developers y sobre todo de los fabricantes de turbinas”, destaca Maza.
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