Portugal aprobó esta semana la primera ley para regular las subastas de hidrógeno verde por 120 GW/año a un precio de 127 €/MWh, con contratos a 10 años, a partir de la fecha del primer suministro. 

Quien compra el producto es la entidad de Suministradores Mayoristas de Último Recurso, con modalidad de subasta electrónica, para su inyección en la red nacional de gas. 

¿Cómo ve esta medida el sector español? 

“Es un instrumento muy interesante que podrá ser tenido en cuenta por el Gobierno para que, junto con los referentes del sector privado, pueda adaptarse a la realidad española”, afirma Luis Miguel Varela Cabo, catedrático de Física en la Universidad de Santiago de Compostela y Gerente de la Asociación Gallega del Hidrógeno. 

En diálogo con Energía Estratégica España, el referente observa que, en términos comparativos, la demanda y el potencial productivo de España es mucho mayor que el de Portugal, con lo cual, las capacidades de una subasta podrían ser de mayor volumen.

Otro de los aspectos que destaca positivamente Varela es la posibilidad de brindar estabilidad en el largo plazo, ya que se espera que los precios bajen y será cada vez más competitivo, al mismo tiempo que marca una aceleración en el desarrollo. 

“Crear escenarios previsibles a diez años es más que positivo para un sector naciente que necesita seguridad jurídica, económica y expectativas claras”, concluye.

El hidrógeno en Europa

Aunque para muchos el hidrógeno es cosa de décadas futuras, la industria europea ha pisado el acelerador. 

La mayoría de los proyectos se concentran en Noruega y en la Península Ibérica. 

Además del avance normativo de Portugal, Cepsa tiene proyectadas inversiones de 3.000 millones para dos plantas de hidrógeno verde en Cádiz. 

Asimismo, España ya acumula proyectos por 15 GW de electrolizadores y el Gobierno lanzó en 2022 unos 300 millones de euros en ayudas para fomentar su desarrollo.  

También en el noroeste de Europa han priorizado la apuesta por el vector energético renovable, ya que alrededor del Mar del Norte se concentra el 60% de la demanda. 

La compañía noruega Equinor y la alemana RWE están desarrollando allí AquaSector, un parque eólico marino de 300 MW conectado a electrolizadores que producen hidrógeno verde, y estudian la construcción de un hidroducto azul, bajo en carbono, para conectar ambos países. 

También Shell prevé la creación de nuevas terminales en puertos en Portugal y Alemania en 2026.  

Por su parte, la empresa noruega Blastr Green Steel recientemente anunció inversiones por  4.000 millones de euros para poner en marcha en 2026 una planta de acero alimentada por hidrógeno verde, un monto histórico para Finlandia.